"Creo que fue una actuación proporcionada, vistas las circunstancias de aquel día", ha dicho el exministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, nada más empezar el interrogatorio sin dejar tiempo a que le preguntaran prácticamente nada. El exministro no ha sacado pecho. Al contrario, estaba más bien prudente o con miedo por lo que pudiera decir y no entrar en contradicción. Declaración poco firme y con muchas nebulosas que ha sembrado la duda sobre la actuación de la policía española y las decisiones del ministerio.

Zoido ha abierto el turno de tarde de los testigos. Tenía que contrastar las actuaciones policiales y la tesis de la violencia que defiende la fiscalía, pero todo ha quedado un poco descafeinado por un interrogatorio duro, nuevamente, de Xavier Melero, el abogado de Joaquim Forn.

Pero la tesis de la proporcionalidad de Zoido la ha desmontado la abogada de Meritxell Borràs, Judit Gené, exponiendo que la orden judicial era garantizar la convivencia por encima de todo.

El día 1 de octubre se tenía que llamar a la tranquilidad en lugar de animar a votar

Había tres reuniones convocadas de coordinación el 1-O. Pero, en la primera, cuando llega Ferran López, representante de los Mossos, se encuentra solo y después le comunican que se han suspendido sin ninguna explicación más.

"Como consecuencia de los 40 registros y los detenidos y las movilizaciones, se interpone una querella y nosotros empezamos a concretar el tema y el día 22 envío al conseller la notificación, vistas las circunstancias", dice Zoido, que lo justifica y lo califica de "misión de auxilio para cumplir como policía judicial todos los requerimientos del TSJC o cualquier organismo judicial".

Pero las contradicciones de Zoido han surgido a preguntas de la fiscalía, cuando ha llegado a admitir que se plantearon el despliegue después del 6 y 7 de septiembre cuando el Parlament aprobó las leyes del referéndum y de transitoriedad jurídica. "Pedí que empezaran a analizar, también con los Mossos, porque había una relación fluida".

Ni decidí el operativo ni nada

El exministro ha dicho que eran contingentes de refuerzo, a preguntas del abogado de Joaquim Forn, Xavier Melero, que lo ha dejado sin respuestas en varios momentos y ha responsabilizado al jefe del dispositivo Diego Pérez de los Cobos: "Ni lo decidí ni nada". Pero Manuel Marchena lo ha obligado a responder si recogió información sobre el operativo.

Zoido ha cuantificado en 6.000 los agentes que se enviaron a Catalunya de la Guardia Civil y el CNP.

También ha admitido que aunque vinieron para hacer tareas de auxilio, el 1-O cambia "porque hay una instrucción del secretario de Estado, de 29 de septiembre, en la que dice que se desplazan las unidades en apoyo a los Mossos y en el supuesto de que sean insuficiente podrán actuar con independencia". Y Zoido explica que cambió la instrucción y que el secretario de estado dicta el cambio cuando la magistrada del TSJC dicta un auto donde pone en el mismo plano todos los cuerpos de seguridad.

Y Melero le ha enseñado el auto donde dice que se tenía que preservar la convivencia social y la policía tenía que actuar con proporcionalidad.

Melero le ha preguntado a Zoido que si era consciente de que la instrucción de la fiscalía quedaba sin efecto ante la nueva instrucción del TSJC, porque habla de dejadez de funciones de los Mossos y apela a la orden del ministerio público. Y el exministro del Interior no ha sabido exactamente qué responder, por lo que le han tenido que mostrar las instrucciones judiciales.

El abogado de Forn ha dejado al descubierto a Zoido, que no ha sabido explicar por qué hicieron caso más a una orden de la fiscalía que quedaba anulada por la orden de una magistrada del TSJC, que tomaba el control de la situación.

Paralizar el referéndum era nuestra tarea desde un primer momento

El 1-O

"Yo no di la orden de lo que tenían que hacer", se ha escudado Zoido a lo largo del interrogatorio, en el que ha responsabilizado "a los mandos operativos", cuando el abogado de Joaquim Forn lo ha apretado.

"Los orgánicos que estaban allí coordinados, Pérez de los Cobos, el jefe superior de la Policía, el jefe de la Guardia Civil y el responsable de los Mossos", este era el gabinete de coordinación del 1-O según el exministro. Un gabinete que no se llegó a reunir en ningún momento el día del referéndum.

"A primera hora de la mañana del día 1, cuando no se había cerrado prácticamente ningún colegio y había grandes cantidades de aglomeraciones y no se podía cumplir el mandato del TSJC que se había hecho de manera expresa y reiterada, pues parece que empezaron a tomar medidas, y como que lo podían hacer con independencia en base a la autorización del secretario de Estado. Tomaron con carácter exclusivo las decisiones". Así ha explicado Juan Ignacio Zoido por qué la Guardia Civil y el CNP fueron a la suya cargando sin esperar órdenes de los Mossos y sin actuar de manera coordinada.

Ante un referéndum ilegal, el dispositivo de los Mossos era insuficiente

"Qué hubiera pasado si no se hubiera animado a ir a votar en un referéndum ilegal. ¿Y qué hubiera pasado si el dispositivo que se hubiera desplegado no hubiera sido de 6.000 sino de 12.000 como en otras convocatorias electorales?", ha soltado Zoido justificando el despliegue de la policía española y las cargas.

"Son unidades de reserva desplegadas en diferentes lugares de España y no era fácil", ha dicho Zoido sobre el desplazamiento de los 6.000 policías españoles. El exministro de Interior ha dicho también que no sabía que Ferran López, que tomó el control de los Mossos con el 155, era el mismo comisario a quien el major Trapero designó como representante del cuerpo en las reuniones de coordinación del 1-O.

Zoido se ha hecho el sordo y ha insistido en que no habló con Pérez de los Cobos, sino que habló con el secretario de Estado: "Me dijeron que los Mossos no cumplieron durante el 1-O".

A por ellos

"Yo no aprobaba aquellas expresiones y se hizo la recomendación de que dentro de la zona de los cuarteles que se guardara el máximo respeto", ha dicho Zoido cuando Benet Salellas le ha preguntado si sabe que los policías trasladados fueron despedidos con el "a por ellos".

Tampoco ha podido concretar si se abrieron expedientes sobre estos comportamientos.

Resistencia organizada

Zoido ha respirado un poco y ha sacado pecho cuando le ha tocado el turno a la fiscalía. Ha dicho que no se detuvo a nadie porque las órdenes judiciales no lo decían. Que sólo tenían que impedir el referéndum y requisar el material y que se encontraron con una "resistencia organizada".

Y ha aprovechado para cargar contra el major Josep Lluís Trapero: "No era muy colaborador. Ni le gustaba el hecho de estar coordinado por Diego Pérez de los Cobos". Sin embargo, ha dicho, que confiaban en que los Mossos obedecieran.

Lo que no ha explicado Zoido es que la Guardia Civil y el CNP plantaron al Govern de la Generalitat durante la Junta de Seguridad del 28 de septiembre, donde Carles Puigdemont comunicó la voluntad de no detener el referéndum y donde se expuso que si había miles de personas en la calle, los Mossos no actuarían a la fuerza.

Armas de guerra

El nuevo argumento que hoy el ministro se ha sacado de la manga son las armas de guerra.

Hoy Juan Ignacio Zoido ha dicho que cuando llegó al Ministerio del Interior encontró una petición de los Mossos d'Esquadra para comprar "armas de guerra y mucha munición" como relato para avalar el alzamiento armado que prevé la rebelión y la utilización del cuerpo policial de Catalunya como un ejército. Aunque no ha detallado qué armas eran, ha descartado los lanzagranadas cuando se la ha preguntado la fiscalía.

"No estaba justificado ni el número, ni el tipo, ni la munición que era mucha", ha dicho Zoido justificando que no se dieran los permisos para comprar lo que pedían los Mossos.

Las armas que se habían pedido son las que habitualmente utilizan los cuerpos especiales de los Mossos: armas para el GEI (Grupo Especial de Intervención) y las granadas de gas y de humo para la BRIMO.

El 20-O

"No me consta". Así se ha sacado las pulgas de encima el exministro cuando Melero le ha preguntado si sabía que dentro de los vehículos de la Guardia Civil había armas largas mientras se hacían los registros en la Conselleria d'Economia.

Ni Juan Ignacio Zoido tiene conocimiento de que hay siete coches dañados, como argumenta la fiscalía desde el primer día de juicio. Hoy ha dicho que sólo sabe que hubo dos vehículos con daños.

Benet Salellas ha vuelto a dejar en fuera de juego a Zoido cuando le ha preguntado cómo definía las movilizaciones del 20-S. Pero el exministro ha dicho que no recordaba haber utilizado el verbo "importunar", que le ha tenido que recordar al abogado de Jordi Cuixart.