Como un jarabe con mal sabor que hay que tragar de un golpe. Así han pasado esta semana por el Supremo los vídeos del 1-O, las imágenes de la concentración del 20-S ante la conselleria de Economia y las de protestas por los registros policiales en busca de material electoral. El visionado ya empezó el martes, con las pruebas documentales de la Fiscalía y la Abogacía del Estado y han continuado hoy con las imágenes aportadas por las defensas.
Todo un puro trámite que ha provocado absoluta indiferencia a las acusaciones (aparte de las sonrisas de Vox) y que el tribunal ha seguido estoicamente. Al acabar el visionado, tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado han comunicado inmediatamente que mantenían las acusaciones de rebelión y sedición, respectivamente, así como las peticiones de penas que habían solicitado en el escrito provisional.
Y no obstante, no ha resultado fácil para la Fiscalía repetir lo mismo que ya habían pedido antes de que empezara el juicio, hace casi cuatro meses. Las defensas han solicitado unos minutos para estudiar el escrito de la Fiscalía y han comprobado con sorpresa que había cambios en la petición de penas del fiscal. Se habían incrementado en un año en el caso de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, y habían reducido un año para Carme Forcadell.
Después del breve receso, el fiscal Jaime Moreno ha pedido la palabra para atribuir la pifia en el escrito de un proceso que se considera histórico y en qué pide más de 170 años de prisión para los 12 acusados a "un error mecanográfico de secretaría". "Las penas no han sido objeto de modificación y por lo tanto son las mismas que en las conclusiones provisionales," ha tenido que aclarar Moreno.
El patinazo de la Fiscalía se añade al papelón que protagonizó el martes cuando el fiscal Moreno se confesó "incapaz" de ubicar en lugar y fecha los vídeos que se estaban exhibiendo a petición suya. No sólo eso, hubo vídeos que se repitieron -algunos hasta tres veces- y en alguno de los casos en que se identificaron se hizo erróneamente.
Manifestaciones con violencia
Aparte de las imágenes de las cargas policiales y los registros con que las defensas han intentado demostrar que no hubo violencia ni el 1-O ni el 20-S, este miércoles el abogado de Quim Forn, Xavier Melero, ha exhibido ante la sala imágenes de manifestaciones donde sí hubo violencia para hacer evidente el contraste.
Entre las imágenes que ha escogido Melero figuraba el asedio en el Parlamento de 2011, un caso que el presidente de la sala, Manuel Marchena, conoce bien porque presidía la sala de lo Penal cuando el Supremo condenó a 3 años de prisión a ocho de los inculpados por aquellos hechos. El Supremo tumbó con esta sentencia la absolución dictada por la Audiencia que consideró aquellos acontecimientos como "legítima expresión de acción ciudadana".
Por su parte, las defensas de Sànchez y Cuixart, han incluido entre las imágenes aportadas como prueba documental intervenciones de sus defendidos, como responsables de la ANC y Òmnium, en que apelaban a actuar pacíficamente y sin violencia. Algunas de estas declaraciones escuchadas hoy en el Supremo resultan chocantes. "Quieren castigar ejemplarmente a algunos de nosotros", advertía Sànchez en el acto de las entidades en Montjuïc el 11 de junio del 2017. Y añadía: "No hay bastantes prisiones para llevar a todo el país, no hay bastantes jueces para llevar a un país entero ante los tribunales".
El 20-S, Cuixart después de instar a los manifestantes a parar y aislar a cualquiera que intentara actuar con violencia y provocación contra los cuerpos policiales, advertía con respecto a los responsables políticos encarcelados durante aquellos registros: "No nos dejaremos a nadie por el camino. Los queremos en casa con sus hijos, con sus amigos. No dejaremos a nadie por el camino. Tampoco a nuestros presos".
El Supremo ha cerrado ya la fase de prueba documental y, una vez emitidas las conclusiones definitivas, empezará la fase de informe en que las partes expondrán oralmente sus argumentos sobre el resultado del juicio. Eso será el martes próximo.