Irse para volverse a presentar. Pocas horas después de que ERC anunciara en un comunicado que Oriol Junqueras dejará la presidencia del partido tras las elecciones europeas, él mismo ha explicado su decisión en una rueda de prensa. En esta ha asegurado que en ningún momento se ha sentido presionado por su partido para renunciar al cargo y que la decisión de renunciar al cargo concuerda con la carta publicada el martes, en la cual aseguraba que se sentía con fuerza para seguir liderando el partido si así lo avalaba la militancia.
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Según el mismo Junqueras, se marcha para poder “reconectar con la militancia” y el conjunto de la ciudadanía de igual a igual y no como presidente del partido, mostrándose dispuesto a presentarse a la reelección en el congreso del 30 de noviembre para continuar presidiendo Esquerra. “Necesito escuchar a la gente, salir a la calle, hablar con mucha gente de todas partes. Me parece que la mejor manera de hacerlo es en una condición de igual e igual, no desde un determinado cargo o función porque creo que es muy importante reconectar con la sociedad y con la militancia”, ha explicado desde la sede del partido, donde ayer se celebró una larga Ejecutiva de más de cuatro horas. “Con esto me siento útil y creo que puedo ayudar”, ha insistido.
Diferencias con Marta Rovira
Esta decisión de Junqueras, que asegura que no quiere “renunciar a nada a la hora de ayudar” y busca someterse al aval “explícito y renovado” de la militancia para hacerlo “de forma efectiva y plenamente legitimidad”, choca con la carta de Marta Rovira, que, por el contrario, apuesta por renovar todos los liderazgos del partido, tanto el suyo como el de Junqueras. Aparte de aclarar ya desde un primer momento que ella no se presentará a la reelección de un cargo que ocupa desde 2011, Rovira también anunció que se ponía a disposición del partido para llevar a cabo esta transición hasta el congreso de finales de noviembre.
Así, será ella así quien estará al frente del partido cuando la formación tenga que decidir su posición, por ejemplo, a la hora de investir o no a Salvador Illa. Junqueras hoy reiteró que corresponde a PSC y Junts ponerse de acuerdo y a ERC ir a la oposición. Aragonès, que fue la primera víctima de la debacle de su partido este 12-M, donde perdieron hasta 13 de los 33 diputados que tenían en el Parlament, ya anunció la misma noche electoral que su partido debía ir a la oposición. También pocos minutos después del escrutinio, el president de la Generalitat en funciones reclamaba responsabilidades individuales, él abandonará la primera línea política, pero también colectivas.
Congreso el 30 de noviembre
Los estatutos del partido recogen que con la dimisión del presidente del partido, debe convocarse un congreso que finalmente tendrá lugar el 30 de noviembre, dentro de medio año. Según ha explicado Junqueras en rueda de prensa, había un “consenso absoluto” dentro de la misma formación que debía convocarse uno y finalmente se fijó esta fecha “porque permite realizar un proceso con calma y tranquilidad, sin prisas, intentando esquivar las contiendas electorales”. Junqueras y Rovira llegaron al poder del partido en el 2011 y desde entonces no se encontraron rivales a la hora de revalidar los cargos. Si hay repetición electoral, por la que ERC no tiene en estos momentos un candidato, esta se celebraría en octubre.
Tres derrotas consecutivas
La crisis dentro del partido llega después de la derrota electoral sin paliativos de los republicanos en las urnas el pasado domingo. Con Aragonès al frente, el partido pasa de tener 33 diputados en el Parlament de Catalunya a solo 20, dejándose 13 por el camino y obteniendo unos 180.000 votos menos que en 2021. Esta derrota llega después de la primera presidencia republicana de la Generalitat desde hacía 80 años, y desde el 2021 gobernando en solitario tras la salida de Junts del Govern.
Pero este ciclo nefasto en las urnas por ERC no se limita solo a las elecciones del domingo, sino que también incluye el batacazo de Esquerra en las municipales de mayo del 2023, donde perdió poder local en todo el país y alcaldías importantes de todo el territorio: pasaron de ganar en Barcelona a ser cuarta fuerza. Y las generales de julio, donde la pérdida de votos aún fue mayor.