Si para su retorno en campaña electoral escogió Badalona, este lunes por la tarde Oriol Junqueras ha actuado en l'Hospitalet de Llobregat. El acto, celebrado en el Casino del Centro, ha sido la prueba más palpable y cruda de la realidad que viven los presos independentistas. Si normalmente la estrella interviene siempre para cerrar los mítines, Junqueras lo ha hecho el primero. Por fuerza mayor, a las ocho y media tenía que estar en Lledoners.
"Vuelvo a la cárcel" ha dicho después para acabar su discurso. Y se ha tenido que marchar sin poder quedarse a escuchar a sus compañeros. Si bien el tercer grado concedido el jueves pasado a los líderes del procés les permite salir de la prisión durante el día, entre semana deben volver cada día a dormir en su celda. "Sólo nos ganan cuando nos echan del escenario, cuando nos encarcelan", ha criticado Junqueras, en referencia al PSC, a quien ha acusado "de alegrarse" porque no puede hacer campaña ·en condiciones".
El entorno escogido hoy persigue el objetivo de presentar a PSC y Junts -a quienes Junqueras ha bautizado como "los de siempre"-, como dos caras de la misma moneda, la corrupción. Y es que en l'Hospitalet gobierna a Núria Marín, que es a la vez la presidenta de la Diputación de Barcelona gracias al apoyo de Junts per Catalunya, que comparte gobierno con la alcaldesa socialista. De hecho, el famoso y controvertido pacto de la Diputación ha sido uno de los grandes focos de conflicto entre Junts y ERC a lo largo de la legislatura y es la gran arma arrojadiza de los republicanos contra el partido de Puigdemont.
Cuando tras las elecciones de 2019 rubricó el pacto con los socialsitas, Junts todavía iba de la mano del PDeCAT. Los impulsores del acuerdo fueron, precisamente, Salvador Illa, entonces secretario de organización del PSC, y David Bonvehí. En aquel momento, Torra criticó la alianza, que también cuestionó la actual candidata Laura Borràs. Lo cierto, sin embargo, es que una vez Puigdemont, Borràs y compañía rompieron con el PDeCAT, han mantenido el acuerdo a la Diputación, incluso después de la imputación de Marín en el caso de la caja B del Consejo Deportivo. Es más, Junts se desmarcó de la moción que ERC impulsó a raíz de la investigación contra la presidenta de la Diputación.
ERC, Robin Hood de la corrupción
Sirviéndose de este ejemplo, Junqueras ha alertado de que "este país hace muchos años que vive la epidemia de la corrupción". Una epidemia, la corrupción, que se contagia, ha dicho. Y ha presentado ERC como el Robin Hood de Catalunya en la lucha contra esta lacra. "Nosotros somos los que luchamos contra la corrupción, contra el fraude fiscal, los que recuperamos el dinero de los bolsillos de los corruptos para ponerlos al servicio de la gente", porque "el dinero que los corruptos se embolsan deja de ir a las escuelas y hospitales de este país, al deporte, a la lucha contra la pobreza".
El líder republicano ha puesto en valor que este 2020, la conselleria de Economía que lidera Pere Aragonès "ha levantado 240 millones de euros de fraude fiscal". Precisamente Aragonès ha rematado las palabras de su mentor, afirmando que ERC es "la alternativa limpia a los que siempre tienen sombras de corrupción". Y recuperando aquel eslogan que popularizó Carod Rovira el año 2003, ha sentenciado que su partido aspira a "un país de manos limpias y palabra libre", en contra de "40 años de corruptelas" de los que "se tapan las vergüenzas".
Reproches a Junts por "poner el dedo en el ojo"
Los dirigentes de ERC insisten a cada mitin en que son el único partido que puede unir los conceptos izquierda e independentismo. Junqueras ha interpelado todas las fuerzas soberanistas desde Junts a los comunes. "Ningún partido a favor de la autodeterminación y la amnistía se puede desentender de un gobierno liderado por ERC que trabaje por una república limpia de corrupción al servicio de todo el mundo". En este sentido, les ha pedido que "dejen de decir no en todo, de pelearse, de poner el dedo en el ojo al compañero de proyecto y se pongan a trabajar colectivamente por aquello que dicen que quieren hacer".
Suavizar la imagen del independentismo
La operación para echar el anzuelo al área metropolitana de Barcelona para pescar al votante desencantado de comunes y socialistas se ha ido cociendo a hace meses en la sede de la calle Calàbria. Los republicanos centran la campaña al suavizar la imagen del independentismo, a menudo percibido como una amenaza en determinados segmentos de la población.
A todos ellos, Junqueras les ha invitado a "votar ERC aunque quizás no los hayáis votado nunca" y aunque sólo voten ERC en estas elecciones para "acabar con las mayorías eternas del PSC" en el área metropolitana.
En la misma línea, Gabriel Rufián ha calificado al PSC de Partit Sanchista de Catalunya y ha reprochado en JxCat que regalara la presidencia de la Diputación a los socialistas "sólo para que no la tuviera ERC".