El vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, y la consellera de presidencia, Neus Munté, han querido restar importancia a las discrepancias entre ERC y el PDeCAT.
La secretaria general de ERC, Marta Rovira, planteó este martes la posibilidad de crear una bolsa de parados que podrían ejercer de voluntarios en la organización del referéndum. Però la también portavoz del Govern, Neus Munté, desautorizó horas más tarde a Rovira y aseguró que estas palabras "no forman parte de las decisiones del Govern".
Preguntado sobre las declaraciones cruzadas de Munté y Rovira, Juqnueras ha dicho que "existe un compromiso de todos" para hacer posible el referéndum y ha reiterado la necesidad de que haya un trabajo conjunto entre las diferentes instituciones para superar los retos de futuro que tiene Catalunya.
En este sentido también se ha pronunciado la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, en una entrevista a Radio 4, y ha apelado a preservar la unidad y evitar "airear" las discrepancias entre los partidos independentistas.
"Tenemos que asumir que habrá discrepancias y aspectos a mejorar, pero cada uno debe hacer lo que le toca. No me siento con más autoridad o información que nadie para decir lo que debe hacer el Govern", ha asegurado en relación a las declaraciones de Rovira.
Disciplina de voto
Otro de los temas que trae cola estos últimos días es el hecho de que pueda existir división de voto en el Parlament entre los socios de Junts pel Sí. En declaraciones a Efe, Munté ha asegurado que, en caso de que se rompiera la disciplina de voto, no sería "dramático", siempre que sea en cuestiones ajenas al proceso soberanista, y que serviría para marcar "un perfil propio ".
"Es coherente, sano y necesario para todos que en otros aspectos -que no sean del proceso soberanista- podamos mostrar nuestras diferencias sin que sea negativo ni mucho menos dramático", ha expresado. Según Munté, la diferencia en el voto respondería a las "diferencias notables" en el modelo de sociedad entre los partidos que integran Junts pel Sí.
El PDeCAT y ERC ya han votado por separado en alguna ocasión en esta legislatura. La última en el pasado pleno del Parlament, concretamente en un punto de una moción de la CUP que abogaba por la remunicipalización de servicios básicos y bienes comunes privatizados.