Oriol Junqueras y Félix Bolaños escenificaban esta semana el pacto de investidura. Un apretón de manos de manos servía para confirmar el entendimiento entre ERC y el PSOE: los republicanos entregarán su voto favorable a Pedro Sánchez a cambio del traspaso integral de Rodalies, una amnistía "para todo el mundo, sin excepciones ni exclusiones", la condonación de parte de la deuda de la Generalitat hacia el Estado, y la continuidad de la mesa de diálogo. Ahora bien, el presidente de ERC ha querido dejar claro que el pacto con los socialistas no irá más allá de la sesión para hacer a Sánchez presidente.
"Este es un acuerdo de investidura, y que la legislatura tenga continuidad o no dependerá del nivel de cumplimiento de los acuerdos", ha advertido, en una entrevista en El Periódico. "Si el PSOE cumple los acuerdos, llegaremos a nuevos acuerdos y es más fácil que la legislatura tenga continuidad. Si los incumple, será prácticamente imposible". De esta manera, Oriol Junqueras ha querido advertir a los socialistas que no les entregarán un cheque en blanco. De la misma manera que durante la pasada legislatura, los republicanos valorarán, ley a ley y cuestión a cuestión, su apoyo o rechazo a las propuestas del Gobierno.
La amnistía no es un "punto final"
Con respecto a la amnistía, el presidente de ERC ha querido celebrar el compromiso alcanzado con el PSOE en esta materia, si bien todavía no se han revelado los detalles concretos de la medida de gracia y falta para cerrar el entendimiento entre Junts per Catalunya y los socialistas. Según Junqueras, la amnistía no será un "punto final" del procés independentista, sino que es "el punto inicial de una negociación entre iguales, una negociación de verdad, entre Catalunya y el Estado español". La intención es que, a través de esta negociación directa, se consiga permitir que el conjunto de la sociedad decida su futuro "votante". Y también ha lanzado una advertencia sobre las posibles vías hacia la independencia. "No renunciaremos a la democracia y, por lo tanto, no renunciaremos a todos aquellos actos de unilateralidad que son consustanciales a la democracia y tampoco a los actos multilaterales porque la independencia exige el reconocimiento de la comunidad internacional", ha afirmado.
No se ha quedado aquí, y Junqueras también ha opinado que la medida de gracia pactada con el PSOE es "un reconocimiento por parte del Estado que muchas de las cosas que hizo, casi todas, estaban mal hechas y eran injustas". Y se ha mostrado confiado que la medida no sirva para "poner palos en las ruedas" a la hora de conseguir sentencias favorables desde el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que el independentismo espera como agua de mayo desde el inicio de la judicialización del procés. Por otra parte, ha rechazado que la amnistía acordada entre republicanos y socialistas sea solo para 'VIPs', como afirmaba Junts. "La ley es para todo el mundo, no tiene exclusiones ni excepciones. Es para todos aquellos que han sido implicados en la causa política de la independencia y, en este sentido, nadie tiene que sufrir", ha argumentado.
Junqueras, ¿presidente de la Generalitat?
Todavía en referencia a la amnistía, la medida de gracia significaría que decaería la inhabilitación del presidente de ERC y que, por lo tanto, ya podría presentarse como candidato a unas elecciones catalanas. A pesar de esta tentadora perspectiva, Junqueras no ha querido enviar muchas pistas y se ha limitado a decir que está en política para servir Catalunya, como ha hecho "siempre". "En la medida en que estoy aquí para servir mi país, también estoy aquí para servir al presidente de mi país, que es Pere Aragonès", ha dicho.