Las presiones del cónsul español en Miami, Cándido Creis, han puesto en riesgo la renovación de un acuerdo que se ha firmado hoy entre el Puerto de Miami y el Puerto de Barcelona en el marco del viaje oficial del vicepresident, Oriol Junqueras, en los Estados Unidos. Creis exigía que en el texto que se ha rubricado se especificara al lado de la firma del Puerto de Barcelona el añadido: del reino de España.
El acuerdo de colaboración entre los dos puertos, que renueva uno anterior, tiene como principal objetivo el intercambio de información para mejorar la atención de los pasajeros y el movimiento de carga. El Puerto de Miami es el primero del mundo en movimiento de cruceros y el de Barcelona, el primero en Europa.
Exigencia inédita
La exigencia del cónsul ha provocado sorpresa entre los responsables de las dos infraestructuras portuarias. Fuentes del Puerto de Barcelona aseguraban no recordar una exigencia similar para la firma de ninguno de los múltiples pactos internacionales que han cerrado los últimos años. Tampoco desde Miami se entendía la petición, ni se aceptaba. En un primer momento incluso se ha llegado a poner en duda la firma.
No obstante, no es nueva esta reclamación por parte del cónsul. Hace justo un año, la misma exigencia puso en riesgo la firma de un pacto entre la conselleria de Empresa i Coneixement que encabeza Jordi Baiget y el condado Beacon Council de Miami.
El acuerdo señala la voluntad de intercambiar información en cuatro grandes capítulos, movilidad, seguridad, servicios y entorno medioambiental. La voluntad es que el pacto se vaya detallando a partir de acuerdos específicos en los diferentes ámbitos.
"Es evidente que todo el mundo hace lo que le parece más oportuno hacer", se ha limitado a asegurar al vicepresident al ser preguntado por los obstáculos del consulado a los acuerdos comerciales con Miami. "A nosotros lo que nos parece más oportuno es ayudar a las inversiones, porque al final lo que nos jugamos es la imagen y la proyección de Catalunya y la capacidad de generar riqueza", ha añadido subrayando la receptividad que reciben por parte de las autoridades.
Finalmente, el acuerdo se ha firmado. En la sala de reuniones donde se ha rubricado el documento se ha reservado la primera fila para las autoridades. El nombre del cónsul, que se había añadido con una tarjeta a mano, se ha acabado retirando. El diplomático ha comunicado que no asistiría.
