El profesor Oriol Junqueras ha vuelto a ponerse ante una clase después de 8 años. Ha sido desde un aula virtual de la Universidad de Manresa en plena pandemia por el coronavirus y mientras cumple la condena de 13 años de prisión en el centro penitenciario de Lledoners por su responsabilidad en el referéndum del 1-O. El título de la conferencia no podía ser más apropiado: "Valores clásicos para tiempos difíciles".

Con los años, Junqueras ha conseguido encarnar una fusión peculiar de sus perfiles de humanista y de político. Puede convertir un acto de campaña en una clase magistral y al mismo tiempo resulta inevitable escuchar el grito de su reivindicación contra la injusticia de la prisión en una conferencia en la universidad sobre los clásicos.

 

En medio de una situación tan compleja, los clásicos en que se ha centrado el doctor Junqueras son aquellos textos que remueven emociones y sentimientos del lector a lo largo de los siglos, desde Sócrates, Platón y Aristóteles hasta Dante, Petrarca, Shakespeare, Cervantes, Goethe, Tolstoi, Lord Byron, Zweig... Todos aquellos que encarnan valores universales y que "acostumbran a ser una buena guía, un buen referente, cuando el mundo cambia".

Curiosamente, sin embargo, la obra en que ha centrado más atención en su clase ha sido la sangrante tragedia de la Orestíada de Esquilo, cuando ante una sucesión de terribles crímenes la comunidad tiene que decidir y el autor demuestra que la única justicia posible nace del pacto de los representantes de la comunidad, de personas libres.

Para el doctor y vicepresident, los clásicos permiten entender el mundo y lo que nos afecta, porque apelan al alma, a emociones y sentimientos que pueden ser compartidos por humanos de todos los tiempos, seducen a lo largo de los siglos con emociones que están presentes en el ser humano generación tras generación, ya sea el amor, el miedo o el luto de la muerte de una persona amada.

"La seducción es esta capacidad que tiene una persona o una obra literaria de llevarnos hacia ella, atraparnos dentro de su trama, imágenes y referencias, y cuando nos sentimos atrapados, hermanados con los protagonistas de aquella obra, podemos experimentar los mismos sentimientos, emociones, reflexiones que vivió aquella persona, ahora hace 25 siglos o hace un siglo", ha explicado.

Esta seducción "ilumina todos los rincones de nuestra alma, todas las emociones y sentimientos que nuestra alma puede sentir" y sitúa al lector delante de un espejo de la universalidad. Esta capacidad es lo que conforma una obra clásica: "Nos gusta descubrir que lo que hemos sentido, antes lo ha sentido alguien más".

También es así en medio de una pandemia. "En tiempos difíciles pasa de todo. Puede provocar reacciones muy diferentes", ha explicado. En el siglo XIV la peste negra, que en cuestión de semanas eliminó entre una cuarta parte y un tercio de la población en algunas partes del planeta fue el contexto en que surgió el Decamerón de Boccaccio cuando una decena de jóvenes buscaron refugio en el ámbito rural huyendo de la epidemia y deciden explicarse historias.

También a principios del siglo XIX una explosión volcánica provocó un enfriamiento del planeta que generó nevadas en pleno verano y la pérdida de cosechas agrarias durante dos veranos seguidos. Lord Byron escribió Tiniebla, a menudo interpretado como una ficción, cuando en realidad describe la realidad que él veía, con días sin sol y noches sin estrellas.

Es la misma realidad que plasma el pincel de Turner en obras donde el sol aparece siempre difuminado y que Junqueras ha invitado la audiencia a buscar en internet. "Yo no lo puedo hacer porque en el lugar donde vivo no existe esto de internet", ha soltado en la única referencia directa a su situación en Lledoners.

Aquel mismo verano helado de principios del siglo XIX, ha recordado, un grupo de personas se refugiaron en los Alpes suizos, entre los cuales Mary Shelley y John William Polidori, que a partir de los cuentos que se contaron aquel verano y en la misma casa surgieron Frankenstein y El Vampiro.

Junqueras ha concluido la clase subrayando la oportunidad que representa el placer de saber, el gusto por el conocimiento y lo ha ilustrado con el capítulo de los Simpson que vio ayer en el que Lisa Simpson lleva con ella el libro de Walt Whitman Hojas de hierba, el autor que inspiró El Club de los poetas muertos porque invitaba a las nuevas generaciones de autores a vivir y alimentarse de los poetas que ya estaban muertos.

El profesor Junqueras ha desplegado esta mañana en la Universitat de Manresa sus indiscutibles habilidades didácticas. Las herramientas para captar la audiencia afiladas durante muchos años y perfeccionadas con la vida pública. "No hay nada tan fácil a la hora de llamar la atención de un auditorio como empezar diciendo había una vez, porque eso despierta el recuerdo de nuestra infancia cuando empezamos a descubrir el mundo a través de un cuento", ha relatado, antes de dar por cerrada la clase y antes de volver de nuevo a aquel mundo donde llega el consuelo de los clásicos, pero no llega internet.