El presidente y la secretaria general de ERC, Oriol Junqueras y Marta Rovira, apuestan por preparar el independentismo por la unilateralidad y la desobediencia civil si el Estado español no acepta pactar un referéndum. Los dirigentes republicanos así lo defienden a Tornarem a vèncer (I com ho farem) (Ahora Libros), en el cual ha tenido acceso la ACN y que sale en venta la próxima semana. Los republicanos lo presentan como "un manual para ganar" y "una guía hacia la independencia". La propuesta estratégica, elaborada a partir de los "aprendizajes" del 2017, estudia como corregir las debilidades del independentismo y como maximizar sus fortalezas.
Entre los factores que señalan que hay que potenciar es "ser una mayoría inapelable". Lamentan que "ni en una sola ocasión el independentismo ha superado el umbral del 50% de los votos en unas elecciones convencionales". Así, Junqueras y Rovira apuestan por "luchar por conseguir más de la mitad de los votos de manera sostenida, repetidamente" y, si es posible, en todas las elecciones.
De hecho, de eso depende también que la comunidad internacional "se plantee seriamente el caso catalán". "Sin eso [mayorías muy amplias], los estados ni siquiera abrirán la carpeta catalana". Este es uno de los puntos débiles a reforzar. Admiten que en algunos momentos, durante el otoño del 2017, se quiso confundir la simpatía de la población de varios países europeos con la complicidad de sus gobiernos, cosa que reconocen que no tuvieron nunca.
Los dirigentes de ERC, uno desde la prisión y la otra desde el exilio en Suiza, apuestan por concentrar "el máximo de bastante posible" al reclamar el referéndum en la "fase actual del conflicto". Ven tres virtudes: la primera, que une la mayoría de sociedad catalana; la segunda, que "divide el Gobierno y le provoca contradicciones" a causa de la opinión diferente entre PSOE y Podemos; y tercero, que es un lenguaje que Europa "entiende".
El diálogo, "imprescindible y estratégico"
De hecho, plantean el diálogo como "imprescindible y estratégico" y aseguran que mantendrán siempre la disposición al acuerdo a partir de un diálogo bilateral, ya que, "en sí mismo, ya es un reconocimiento explícito a la existencia de un conflicto y de un sujeto político". Además, creen que la mesa de diálogo entre gobiernos "acabe como acabe" ya ha sido "una victoria".
Los republicanos también dejan claro que no son "aliados del PSOE": "Lo acondicionamos todo al progreso de una solución política para el conflicto catalán". En esta línea, abogan para tener una actitud "exigente pero constructiva" con el Gobierno mientras crean que se puede avanzar en una solución política, "y el día que veamos que se cierran las puertas del todo y no se puede avanzar, retiraremos nuestro apoyo".
"Hablar de unilateralidad no hará un milagro"
Expuesto eso, reconocen que un referéndum no entra dentro de los cálculos de España. Por eso apuestan por prepararse también por otros escenarios, como la unilateralidad. Y advierten los otros actores independentistas que "hablar de unilateralidad y de confrontación todo el día no hará un milagro". "La unilateralidad es la capacidad de mantener la iniciativa política e imponer una agenda determinada a través de los hechos consumados", relatan a Junqueras y Rovira.
Defienden que hacen falta "una sólida mayoría ciudadana e institucional" y "una amplia complicidad de los agentes sociales y económicos", que no hubo en el 2017. Uno de los otros puntos que reconocen que hay que potenciar es internacionalizar la economía para ser "el menos vulnerable posible a los chantajes económicos del Estado". Resumidamente, cuanto más bastante tenga el independentismo, más unilateralidad será capaz de aplicar. De hecho, esta unilateralidad puede ir desde un nuevo referéndum o "a través de actos de soberanía, graduales o no, sostenidos en el tiempo".
Desobediencia civil
Ligada a esta cuestión queda la desobediencia civil, una herramienta "totalmente válida y democrática" que ven "muy probable" que el independentismo tenga que volver a utilizar, "sea de manera puntual o en forma de movilización constante". "No es ningún escenario destartalado: un día salimos a la calle y ente quien quedamos 'sine die'", escriben, recordando escenas del 1-O, el 3-O o los cortes de la Jonquera y la ocupación del aeropuerto. Y admiten que, entonces, "las instituciones del país también tendrán que responder y alinearse con la gente".
Junqueras y Rovira reconocen que este no es el escenario que desean, que pasa por el referéndum pactado, pero que a la desobediencia civil no pueden renunciar. En el camino, añaden, se tiene que construir "la cultura de la resistencia, del sacrificio". Los dirigentes de ERC dicen que mantendrán siempre la voluntad de llegar a acuerdos y de priorizar el bienestar de los ciudadanos, pero también mantendrán una voluntad inequívoca de votar para decidir y de hacer cumplir un mandato popular si es favorable a la independencia.
Pulla a Puigdemont
A Volveremos a vencer, que se publica días antes de que llegue a las librerías M'explico. De la investidura a l'exili la segunda entrega del libro del expresidente Carles Puigdemont, los republicanos lamentan que "demasiado a menudo" y "muy recientemente" hay testimonios "que se han utilizado para ajustar las cuentas con compañeros de trinchera". "No tiene ningún sentido. No caeremos", prometen al inicio del libro. En la misma línea declaran que en ERC les obsesiona "tomar votos al unionismo" y no al partido independentista del lado.
Los republicanos sí que dejan claro quien es el adversario a pegar, especialmente en la región metropolitana: el PSC. "¿Con el PSC se tiene que dialogar? Sí, evidentemente. (...) Pero no se le tiene que regalar poder", remachan en el libro, donde también dejan claro que no habrá un tripartito con los socialistas. También recuerdan que en octubre del 2017 el independentismo se encontró la zona más poblada del país "mayoritariamente en contra". "En el próximo embate, lo tenemos que tener a favor. O, cuando menos, tenemos que ser mucho más fuertes", concluyen.