La última vez que Oriol Junqueras pisó el Parlament lo hizo bajo custodia policial. Las fuerzas de seguridad lo trasladaron en una furgoneta directamente desde el centro penitenciario de Lledoners, junto con el resto de compañeros presos. Tenía que comparecer a la comisión de investigación del 155. Inmediatamente después, los volvieron a conducir, bajo vigilancia, hacia la prisión. Este martes, un año después, ha vuelto en condiciones más dignas, bajo el régimen de semilibertad que le permite el tercer grado.
El presidente de la cámara y número tres a la lista de ERC ha hecho de anfitrión. Los últimos encuentros entre ambos habían sido con un cristal blindado de por medio. Esta vez, en cambio, han podido abrazarse. Junqueras y Torrent han paseado por el edificio y han entrado juntos en el hemiciclo. ElNacional.cat ha tenido acceso a las fotografías del momento. Para los acostumbrados a leer entre líneas los mensajes subliminales, el líder de ERC se ha colocado por la foto en el escaño de president.
Según explican fuentes conocedoras del encuentro, los dos dirigentes han aprovechado para intercambiar opiniones sobre el futuro más inmediato del país, pero también han conversado de la familia. Junqueras ha compartido con el presidente del Parlament que sus hijos estaban eufóricos porque pudo acompañarlos a la escuela, este lunes. Las mismas fuentes indican que el líder de los republicanos está con "moral de victoria".
Antes del encuentro, Junqueras ha sido entrevistado en el Parlament por Antonio Farreras en La Sexta.
El precedente
Desde la última visita de Junqueras al Parlament ha llovido mucho. Ha pasado un año y unos cuantos días. Pero lo cierto es que a pesar de la de cosas que han pasado a lo largo de este tiempo, el clima no ha cambiado mucho. Cuando los presos del procés fueron a comparecer a la comisión del 155, el president Quim Torra acababa de dar por liquidada la legislatura y las relaciones entre Junts per Catalunya y Esquerra Republicana. Fue a raíz de la retirada del escaño asumida por la mesa del Parlament.
Durante sus intervenciones, los presos criticaron la actitud de sus sucesores en el Govern de la Generalitat, por las constantes disputas entre socios. Asimismo, hicieron el enésimo llamamiento a la unidad independentista que, un año después se demuestra que no acabó de cuajar.