Junts ha decidido perimetrar en las declaraciones del republicano Gabriel Rufián la crisis abierta la semana pasada con ERC. El partido de Carles Puigdemont apunta diferencias internas dentro de la formación republicana y admite que algunos sectores de aquel partido apuestan por echar a Junts del Govern y buscar un acuerdo con los socialistas. No obstant, la respuesta del partido es, de momento, limitar los daños de aquella crisis. Después de la ejecutiva de este lunes, Junts ha valorado positivamente el primer año de Govern y ha anunciado que prepara una evalución del funcionamiento del acuerdo que llevó a la investidura de Pere Aragonès.
"Quizás lo que nos tendríamos que preguntar respecto de las declaraciones de Joan Tardà y Rufián es qué voluntad hay detrás. Si la voluntad es mirar que se rompa el gobierno para hacer un frente común con los socialistas", se ha preguntado el portavoz del partido, Josep Rius, que ha insistido en la necesidad de que el diputado republicano comparezca en el Parlament para explicar las razones de sus acusaciones. Durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva, Junts ha decidido quitar hierro a las declaraciones del president de la Generalitat la semana pasada desde Berlín cuando, a pesar de esquivar la crisis provocada por Rufián, advirtió sobre los contactos internacionales.
Rufián provocó una crisis entre los dos socios de Govern el martes pasado abonando las acusaciones que ha apuntado la Guardia Civil sobre los contactos del president Carles Puigdemont y su entorno con personas próximas al gobierno ruso. El diputado los acusó de actuar en política exterior como señoritos que se piensan que hace de James Bond. Posteriormente, se disculpó por las formas pero no por el fondo de sus reproches sobre las conexiones exteriores. La palabras de Rufián han provocado malestar en Junts, donde se señalan tensiones internas en ERC y se apunta como muestra el artículo que ayer publicaba el que fue mano derecha de Oriol Junqueras en el Govern, Sergi Sol, en ElNacional.cat.
En este contexto, la ejecutiva de Junts cuando está a punto de cumplirse el primer año de Govern, se ha reafirmado públicamente en el acuerdo que lo hizo posible pero ha formalizado un encargo interno para elaborar una evaluación política del pacto que mantiene con los republicanos, para comprobar qué compromisos se han cumplido y cuáles no. Por lo que respecta a la actuación del partido, desde esta formación se subraya que se han mantenido fieles al acuerdo y que las instituciones del autogobierno tienen que trabajar no para hacer autonomismo sino para avanzar en el Estado propio.
El error de la estrategia de ampliar la base
Junts ha lamentado los errores técnicos que se produjeron la semana pasada en la encuesta del CEO donde se apuntaba una caída del apoyo a la independencia, pero ha admitido que la distancia que se ha abierto a favor de los contrarios a la independencia obedece a la "falta de concreción estratégica del independentismo", además de "mostrar el error en la estrategia de aplazar la independencia para ampliar la base".
El caso de la presidenta del Parlamento, Laura Borràs, ha ocupado también la atención de la ejecutiva de Junts que ha insistido en que se trata de una persecución política y no de un caso de corrupción, por fragmentación de contratos. Por esta razón ha emplazado a todos los partidos independentistas para reclamar "cerrar filas" con un "frente común".
Por lo que respecta al conflicto entre el Estado español y Marruecos, Junts ha tildado de error el cambio de estrategia del gobierno de Pedro Sánchez. Ha advertido que se trata de una traición al pueblo Saharaui y un "error geoestratégico muy grave", dado que se avala la posición del Marruecos respecto del Sáhara sabiendo que irritará Argelia, proveedor de gas en el Estado español, en plena crisis energética provocada por el conflicto en Ucrania. "Sánchez es de la misma escuela diplomática que Borrell, es decir, que es un auténtico desastre", ha reprochado Rius, que ha asegurado que el cambio de estrategia del presidente español "demuestra una vez más menosprecio al derecho autodeterminación y llena de polvo del Sáhara la mesa de diálogo".