El president de la Generalitat, Pere Aragonès, aseguró en una entrevista en TV3 que desde su ejecutivo se había ofrecido a Junts per Catalunya y la CUP participar en la mesa de diálogo entre gobiernos en los últimos meses. Tal afirmación fue inmediatamente desmentida por el partido de Turull y Puigdemont en un comunicado de prensa. De hecho, Junts incluso recuerda que el partido "fue vetado por parte del president Aragonès a formar parte de la mesa de diálogo". "Fue una de las razones de la salida de Junts del Govern de la Generalitat, junto con la falta de una estrategia coordinada del independentismo y la unidad de acción en Madrid", subrayan en el comunicado.
Asimismo, desde Junts también consideran "improductiva" la estrategia del diálogo y apuestan por la "negociación bilateral y con un mecanismo de verificación internacional, como lo que ahora el PSOE ha aceptado".
ERC sigue la apuesta por la mesa entre gobiernos, mientras Junts no
El president Aragonès, sin embargo, insistió en el ofrecimiento a Junts de entrar en la mesa de diálogo entre gobiernos. En primer lugar, porque, según él, quiere ir con la mayor bastante posible, y después porque cree que el conflicto entre Catalunya y el Estado español "se tiene que solucionar entre gobiernos e instituciones". De hecho, situó la mesa entre Junts y el PSOE, y ERC y PSOE como un mecanismo de seguimiento de los acuerdos, y lo comparó con la comisión de seguimiento de los presupuestos de la Generalitat de Catalunya.
El veto a los interlocutores de Junts, clave para que no crean en la mesa de diálogo
Precisamente, Junts per Catalunya se avino a formar parte de la mesa de diálogo al inicio de legislatura del Parlament de Catalunya. Concretamente, en septiembre del 2021. La ejecutiva del partido escogió a sus interlocutores: el entonces secretario general, Jordi Sánchez; el entonces vicepresidente del partido y actual secretario general, Jordi Turull; el entonces vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró; y la actual portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras.
Esta propuesta de Junts fue vetada por el mismo president de la Generalitat, Pere Aragonès, quien aseguró en una comparecencia que la "delegación tiene que ser de Govern porque es la forma de representar al país entero". ERC y el PSOE, al ver que Junts solo ofrecía un miembro del ejecutivo como interlocutor (Puigneró), decidieron excluirlos de la mesa de diálogo.
Los toma y daca provocados por la mesa de diálogo han seguido durante los últimos meses y es que alrededor a la Diada Catalunya del Once de Septiembre, Aragonès ya se abrió a incorporar el partido de Puigdemont a la mesa de diálogo, teniendo en cuenta la debilidad parlamentaria de ERC, que solo tiene 33 diputados. De hecho, los republicanos enmarcan la consecución de los indultos y la reforma del Código Penal en las negociaciones en la mesa de diálogo, aunque se han reunido únicamente tres veces en cuatro años.
Tres espacios políticos diferentes
En el marco de las negociaciones para la investidura de Sánchez, tanto Junts como ERC han creado su mecanismo de verificación independientemente de la mesa de diálogo entre gobiernos. El objetivo de Junts es seguir la resolución del conflicto a través de su mecanismo, que incluye relatores internacionales, la amnistía y una declaración política que fija las causas y consecuencias del conflicto entre Catalunya y el Estado. En cambio, el espacio entre ERC y PSOE tiene que servir para el seguimiento de los acuerdos entre los dos partidos, que incluye la creación de una empresa mixta de Rodalies, la condonación de una parte de la deuda de Catalunya y la amnistía.