A pesar del portazo de ERC, Junts se mantiene en el escenario de negociar un pacto de legislatura. En todo caso, fuentes de este partido aseguran que cualquier movimiento que se pueda producir para pactar el nuevo gobierno o una investidura tendrá que salir de una reunión del vicepresident y candidato republicano a la investidura, Pere Aragonès, y el secretario general del Junts, Jordi Sànchez.
Desde Junts se asegura de que el secretario general, encarcelado en Lledoners, está a la espera de una reunión, sea presencial o telemática, y que los dos políticos hablaron ayer brevemente por teléfono y acordaron mantener este encuentro.
Sànchez, interlocutor
Este sábado, después de que Esquerra anunció que daba por acabadas las conversaciones para pactar la legislatura, la ejecutiva de Junts dejó en manos de su secretario general las negociaciones con los republicanos y ayer Sànchez emplazó públicamente a través de las redes sociales a Aragonès a hablar.
Fuentes del partido aseguran que, teniendo en cuenta las dificultades para mantener el contacto con Sànchez dentro de la prisión, después de la conversación de ayer y hasta primera hora de esta tarde, no había noticia de que se hubiera agendado la reunión.
Junts insiste en que no da por cerrada la negociación para un acuerdo de legislatura y que este es el marco en que se mueven, por lo cual su equipo de negociadores no han abordado ninguna propuesta para la investidura.
No ceder votos gratis
Aunque ERC reclama a Sànchez que cumpla el compromiso de ceder sus votos para la investidura de Aragonès aunque no haya un acuerdo de legislatura, Junts insiste en que no los cederá gratis. La oposición de investir a Aragonès sin un acuerdo previo se hizo evidente el sábado y el domingo en las reuniones de la Ejecutiva y el grupo parlamentario. El partido reiteró ayer a través de un comunicado interno que no tiene intención de investir al president de un gobierno que no sea independentista.
Paralelamente, el cruce de declaraciones públicas ha dejado claro que el PSC no está dispuesto a favorecer la investidura del candidato republicano ni siquiera a través de una abstención de sus diputados. En este contexto, la única vía que podría tener Aragonès para conseguir la investidura sería los cuatro votos a favor de Junts en caso que finalmente llegue a un acuerdo de los comunes para sumar a sus diputados a los de ERC y la CUP.