No son suficientes, pero los gestos de Pedro Sánchez, como mínimo, han sido percibidos por Junts per Catalunya y ha quedado claro que el Gobierno quiere reconducir la legislatura y agotarla llegando a pactos con el independentismo. El repóquer gesticular del Gobierno ha sido recibido como un mensaje para la formación capitaneada en Madrid por Míriam Nogueras: se ha retirado el techo de déficit del orden del día del jueves en el Congreso, se ha aceptado una negociación sobre este tema, se ha enviado una carta a Europa para reclamar la oficialidad del catalán, se han reactivado las comisiones de investigación sobre la Operación Catalunya y el 17-A (no la de Pegasus exigida por ERC), y Pedro Sánchez se ha comprometido a desclasificar los informes del CNI sobre los atentados de 2017. Incluso ha accedido a debatir en la cámara baja sobre otorgar al Centro Nacional de Inteligencia de una mayor transparencia. Fuentes de Junts en el Congreso admiten que los gestos del PSOE son evidentes. Pero advierten: "Vibrar no es moverse".

Desde la sala de máquinas del grupo parlamentario de Junts en la cámara baja admiten que "se están moviendo cosas" desde que el PSOE ha decidido repensar su estrategia con los independentistas: "Vemos un cambio en la forma de negociar con ellos". Ahora bien, insisten en que, de momento, son meros gestos: "Resolver temas como los de la comisión no implica ningún acuerdo en el techo de déficit". Míriam Nogueras ha insistido siempre en que el partido de Carles Puigdemont negocia 'pieza a pieza'; y las mismas fuentes apuntan ahora que los acuerdos se tienen que cumplir "a fin de que la maquinaria esté preparada para incorporar de nuevos".

El modus operandi del 'pieza a pieza' empieza a calar en la Moncloa, porque ministros de la alta jerarquía del Gobierno trasladan que con Junts per Catalunya se está negociando "medida a medida". Ya hay, también, más detalles sobre el calendario que tiene Pedro Sánchez para sus presupuestos. Este miércoles por la noche, el presidente del Gobierno vinculaba las cuentas del 2025 a los congresos de octubre y noviembre de Junts y ERC, respectivamente. Ahora, sin embargo, ministros que se sientan bien cerca del líder socialista en el Consejo de Ministros manifiestan que el techo de déficit no puede esperar a las citas congresuales de los partidos independentistas: "Se tiene que hacer lo antes posible". Y después, en todo caso, negociar los presupuestos.

Por mucha prisa que el Gobierno tenga en esta cuestión, Junts replica que, de momento, no existen negociaciones sobre este aspecto. Las mismas fuentes admiten que, a estas alturas, "no estamos hablando de presupuestos". Añaden, de todos modos, que la interlocución PSOE-Junts es "constante": el viernes pasado los socialistas viajaron a Suiza para reunirse con los independentistas.

Las consecuencias en el Congreso de la pugna Junts-ERC

Por otra parte, fuentes del Gobierno admiten que la pugna entre Junts y ERC en el Congreso —intensificada esta semana— puede acabar con daños colaterales para Pedro Sánchez. El trato preferente de los socialistas a los juntaires ha hecho colmar el vaso de la paciencia a los republicanos y también a Podemos. Los dos han refunfuñado contra la estrategia negociadora y el acaparamiento de los focos por parte del grupo de Míriam Nogueras, y han instado al Gobierno a renegociar con los dos el apoyo al techo de déficit.

 

Este jueves, ERC y Junts protagonizaron una gran reyerta en el hemiciclo de la cámara baja. El primero a tirar los trastos a la cabeza a su adversario fue Gabriel Rufián. Y también el juntaire Josep Maria Cruset disparó con contundencia contra el jefe de filas republicanas. La crispación entre los dos partidos "no se había evidenciado nunca tanto como ahora", admite un ministro de alta jerarquía en una conversación informal con periodistas. "Eso no nos va nada bien", añade.

 

En opinión del Gobierno, Junts y ERC están irritados el uno con el otro por haber conseguido arañar cosas importantes a los socialistas: la financiación singular o la delegación de competencias en inmigración; aparte de una ley de amnistía reclamada por los dos pero que Junts siempre ha sido más exigente en su redactado. "No nos va bien que estos dos grupos rivalicen entre ellos" porque eso hace aumentar el precio de sus apoyos, analizan desde la Moncloa. "Tú has tenido más que yo y, por lo tanto, yo ahora quiero un poco más... esta escalada no nos beneficia para nada", añaden las mismas fuentes. Confían, nuevamente, en que los congresos de octubre y noviembre sirvan para calmar las aguas.