El objetivo del Gobierno y de Podemos de sentar alrededor de una misma mesa a los socios de investidura para consensuar el futuro del impuesto a las energéticas se desmorona. Después de la exhausta negociación de hace tres semanas, el Ministerio de Hacienda ha convocado este miércoles por la tarde a todos los partidos políticos que hicieron posible la investidura de Pedro Sánchez en noviembre del año pasado y que son imprescindibles para que salga adelante una posible prórroga del impuesto a las energéticas. La Moncloa tiene el reto de hacer confluir las posiciones de Junts, ERC, Bildu, el PNV, Podemos y el BNG. No es fácil. El primer paso era intentar elaborar una proposición de ley fruto del acuerdo entre todos los actores implicados, pero la reunión que tenía que empezar a trabajar ha arrancado coja. El martes a última hora, el PNV anunció que no asistiría y este mediodía, cuatro horas antes de la cita, fuentes de Junts confirman a ElNacional.cat que ellos tampoco estarán presentes. “Nosotros no tenemos ninguna convocatoria para esta tarde, deben tener claro nuestro posicionamiento”, apuntaban inicialmente las mismas voces a este medio. Otras fuentes parlamentarias y fuentes del Ministerio de Hacienda respondían a ElNacional.cat que todos los partidos estaban convocados y más tarde desde las filas de Junts sí reconocían que los habían invitado. Ante la ausencia de Junts, fuentes de Podemos consultadas por ElNacional.cat se limitan a recordar que ellos tienen un acuerdo con el Gobierno, apuntan que seguirán “insistiendo en la necesidad de que se cumpla” y se remiten en el redactado de lo que pactaron. “Dice lo que dice”, reiteran.
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Para encontrar el origen de esta reunión, nos tenemos que remontar al 21 de noviembre. El Gobierno necesitaba salvar el paquete fiscal que se sometía a examen en el Congreso y, para conseguir la cuadratura del círculo, rubricó tres acuerdos paralelos con Junts, ERC y Bildu y Podemos. El impuesto a las energéticas había quedado fuera de aquella reforma ante la férrea negativa de Junts y, al mismo tiempo, era la exigencia de republicanos, abertzales y morados como condición para avalarla. La última fumata blanca fue con Podemos, con quien los socialistas acordaron constituir una comisión negociadora con la participación de “todos los partidos políticos necesarios” para aprobar la reforma del impuesto con el objetivo de conseguir el “consenso necesario”. El acuerdo incluía, subsidiariamente, que si este consenso no se consigue antes del 31 de diciembre, el Gobierno aprobará un real decreto ley con la prórroga del gravamen en las empresas energéticas para el año 2025.
Esto es, precisamente, lo que el PSOE había prometido a ERC, Bildu y el BNG tres días antes y que también necesitará el apoyo de Junts. Asimismo, para mantener los de Míriam Nogueras en la ecuación, Podemos reconocía en su acuerdo que la hoja de ruta trazada “tendrá que ser compatible con no grabar las inversiones que se comprometan con la descarbonización”, que era la demanda de Junts. Aquel día, la impulsora de la reforma fiscal, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, verbalizó la voluntad del PSOE de “cumplir con todos los compromisos que va alcanzando con los diferentes grupos parlamentarios”.
El PNV no participa en el “paripé” promovido por Podemos: “Así no se discuten las cosas”
Fue ayer a última hora cuando el PNV anunció que no asistiría a la reunión. Eso sí, fuentes jeltzales aseguran a ElNacional.cat que sí que fueron invitados. “El PNV no se siente obligado a tomar parte a las urgencias de Podemos de trasladar una imagen para justificar su apoyo irreversible a un paquete fiscal”, esgrimen las mismas voces, que recuerdan que hace unos días avisaron a Pedro Sánchez de que no avalarían un decreto ley que incluya un gravamen que eluda el sistema del Concierto Económico. “Nadie nos ha preguntado ni ha acordado con nosotros hacer esta reunión. No tiene ningún sentido juntarse para discutir un gravamen entre siete u ocho partidos políticos en una mesa abierta. Así no se discuten las cosas, y todavía menos teniendo la prensa justo en el otro banda de la puerta”, ha defendido esta mañana Aitor Esteban.
En declaraciones en el pasillo del Congreso, el líder del PNV en Madrid ha cuestionado la “capacidad técnica” de los interlocutores, ha esgrimido que son temas “muy técnicos y muy complejos” y ha hecho un llamamiento a “hacer estas cosas con seriedad”. “No me parece una buena estrategia, más allá de lo que algunos necesitan de cara a los medios de comunicación y propaganda. Por lo tanto, para hacer un paripé que necesita, sobre todo, Podemos, pero también algún otro, no participaremos”, ha añadido. “Nuestro compromiso es apoyar al Gobierno de forma equilibrada y seria, pero algunos creen que el hemiciclo tiene que estar a su servicio y cumplir su programa electoral al completo. Tenemos que buscar puntos en común”, ha concluido.