Junts per Ripoll mueve ficha. Tras el anuncio que esta mañana han oficializado ERC, PSC y la CUP para hacer alcaldesa a Chantal Pérez y evitar un gobierno de Sílvia Orriols, estas tres formaciones han querido situar toda la presión hacia los juntaires porque sus tres concejales son necesarios para llegar a la mayoría absoluta y a fin de que el partido de extrema derecha Aliança Catalana no llegue a encabezar el ayuntamiento de la capital del Ripollès. La ejecutiva local de Junts ha acordado "liderar las conversaciones con todas las fuerzas políticas centrales de Ripoll para llegar a un gran pacto" por la ciudad. Para sacar adelante este "gran pacto", han acordado impulsar su candidatura en tanto que "segunda fuerza más votada para aglutinar el máximo de sensibilidades centrales para dar impulso al modelo" que defienden. En esta línea, expresan que trabajarán para "tener una opción de gobierno fuerte, sólida y con liderazgo para afrontar los retos" que hay.
Los juntaires, sin embargo, lamentan que el pacto anunciado entre Esquerra, el PSC y la CUP los ha "excluido" cuando son "imprescindibles por la gobernabilidad". En opinión de la candidatura que encabezó Manoli Vega, "no se puede pretender hacer un acuerdo viable de futuro en Ripoll" sin contar con ellos y denuncian que estas fuerzas les han "menospreciado" pidiéndoles una "adhesión gratuita" sin negociar con ellos. Por todo ello, no ven comprensible que los tres partidos que han llegado a un acuerdo "hayan roto unilateralmente" las negociaciones y "hayan ido directamente" sin pensar que son "imprescindibles para formar una alternativa".
Un Ripoll "sin etiquetas"
Junts per Ripoll se inclina por liderar una mayoría alternativa y defienden la centralidad de su proyecto: "Los extremos son excluyentes y no suman para hacer el proyecto integrador y fuerte que necesita nuestro pueblo". Este pacto, añaden, está por un Ripoll donde "vemos personas, ni razas ni colores, ni sexo ni religiones". "En estos momentos no hacen falta etiquetas, sino que los ripollesos y ripollesas nos comprometemos a afrontar los retos que tenemos, evitar las confrontaciones, evitar el discurso del odio y crear un pueblo de oportunidades", reivindican. Todavía en el comunicado, indican que quieren una ciudad "cohesionada, comprometida con las personas, dinámica económicamente, sostenible, seguro y escuchando al conjunto de la población".
El anuncio llega un día después de que hubiera malestar entre la dirección nacional y el comité local. El lunes al mediodía, Míriam Nogueras afirmaba que la ejecutiva había cerrado filas con la posibilidad de impulsar un cordón sanitario contra la extrema derecha en Ripoll: "La posición de Junts es incuestionable, siempre hemos marcado un cordón sanitario contra la ultraderecha y ha quedado ratificado por la ejecutiva". Las palabras creaban malestar a los cuadros juntaires de Ripoll, dado que apelan a su autonomía a la hora de decidir sobre los pactos en su villa. Por este motivo, suspendían una reunión que tenían el mismo lunes por la noche con ERC, PSC y la CUP, donde estas tres formaciones les iban a explicar los detalles del acuerdo alcanzado. En paralelo, los juntaires abordaban internamente su posicionamiento, que han acabado haciendo público este martes para anunciar que quieren encabezar un pacto con las "fuerzas centrales" de la ciudad y ser quien lidere el acuerdo.