Junts per Catalunya descarta que la investidura del president, Carles Puigdemont, quede en manos de una Assemblea d'Electes, como se ha apuntado este lunes y ha avalado ERC. "La investidura pasa por la elección del president Puigdemont sin adjetivos de simbólico o ejecutivo", aseguran a El Nacional fuentes presentes en la reunión que este lunes han celebrado los diputados del grupo parlamentario de JuntsxCat en Bruselas.
La hipótesis de una investidura a través de la Assemblea d'Electes, en cambio, sí que se ve con buenos ojos en la sede de ERC. Al ser interrogado al respecto el portavoz de los republicanos, Sergi Sabrià, había señalado este lunes que sería una buena solución. "Suena bien porque da todo el valor al Gobierno legítimo de Bruselas y al mismo tiempo permite poner fin al 155", ha admitido Sabrià en la rueda de prensa posterior a la reunión de la permanente del partido donde se ha analizado la reunión que celebraron los negociadores republicanos con Puigdemont el domingo en la capital belga.
El hecho que la investidura fuera asumida por la Assemblea d'Electes -el órgano integrado por alcaldes, concejales y parlamentarios de Catalunya que creó en octubre del 2016 la AMI en previsión que el Estado suspendiera las instituciones catalanas-, abona la tesis de una doble presidencia que había apuntado la semana pasada el líder de ERC, Oriol Junqueras, con un presidente legítimo pero simbólico y otro de efectivo.
Discrepancias
No obstante, Junts per Catalunya no acepta que se hable de presidencia simbólica, ni tampoco lo acepta Puigdemont, que ha trasladado el epicentro de las negociaciones a Bruselas y conduce las conversaciones muy personalmente. Según estas fuentes, la Asamblea de Electos tendrá un papel de apoyo al president en Bruselas, pero no para la investidura.
Por el contrario, los republicanos dan por cerrado que, ante la imposibilidad de garantizar la investidura en el Parlament sea cuál sea la fórmula escogida para señalar la presidencia de Puigdemont en Bruselas, será necesario investir a un "president efectivo" en Catalunya. Según ERC, hay un acuerdo básico en este sentido y sólo falta concretar la forma -tanto el acto simbólico en Bélgica, como la investidura efectiva en el Parlament- y el calendario -dado que Puigdemont planteó un timing que los negociadores de Esquerra consideraron demasiado inminente.
Igualmente las funciones que asumirà Puigdemont provoca diferencias entre los negociadores. Los republicanos le otorgan un papel de proyección del conflicto independentista en el mundo, mientras que JuntsxCat reclama la responsabilidad última en funciones ejecutivas. De hecho, uno de los temas clave de negociación es definir el papel del president, que su grupo no quiere en ningún caso simbólico.
Reuniones en Barcelona
A pesar de esta diferencia de opiniones, los diputados de JuntsxCat reunidos en Bruselas han puesto en valor la "recuperación de la confianza" con ERC que ha hecho evidente la reunión que el domingo mantuvo al presidente con una delegación de los negociadores republicanos, integrada por la consellera Meritxell Serret, el secretario de Hacienda, Pere Aragonès, Jordi Bacardit y Miquel Gamisans. Las negociaciones continúan en Barcelona a través de un grupo de trabajo que integran los consellers de JuntsxCat Josep Rull y Jordi Turull y la secretaria general de ERC, Marta Rovira.
Esta tarde, Puigdemont se ha reunido con los diputados de la CUP Carles Riera y Vidal Aragonès para exponerles también el acuerdo. Al acabar el encuentro, Riera ha rechazado una investidura simbólica y ha reclamado una reunión trilateral con JuntsxCat y ERC lo más pronto posible.
JuntsxCat sigue sin revelar la fórmula que tiene que hacer posible la investidura de Puigdemont pero aseguran que "hay un itinerario legal que permite hacerlo". Igualmente, insisten en que la investidura es fundamental y no descartan nuevas las elecciones si no es posible. "La voluntad es derogar el 155 y seguir haciendo República", destacan.
La reunión del grupo parlamentario ha servido para que Puigdemont pudiera tomar la temperatura al estado de ánimo de su grupo parlamentario, explicarles de primera mano la situación de las conversaciones y transmitirles confianza sobre las negociaciones.
El president ha aprovechado incluso para explicar a los diputados los mensajes que se intercambió con el conseller Toni Comín, y se hicieron públicos, donde hacía evidente el desencanto por la decisión del presidente del Parlament, Roger Torrent, de aplazar el debate de investidura. Puigdemont ha confesado que aquel día estaba afectado por la situación.