La negociación entre JuntsxCat y ERC, después de una semana larga de especulaciones de todo tipo, empieza a apuntar -lentamente- pasos concretos. Una propuesta de resolución en defensa de las instituciones y de reconocimiento del president Carles Puigdemont que se tendría que registrar en breve en el Parlament tiene que servir de detonante de un recorrido que tiene como siguiente paso el pleno de investidura. Una vez este pleno constate cómo todo parece apuntar la imposibilidad de investir a Puigdemont, JuntsxCat dará paso a otro candidato, que podría ser el expresidente del ANC y número dos de la candidatura, Jordi Sànchez, o el conseller Jordi Turull, aunque algunas informaciones apuntan a Elsa Artadi. Todo forma parte de una negociación "global" en que la composición y estructura del Govern son también piezas esenciales.
Tal como adelantó ayer El Nacional, JuntsxCat entregó el miércoles por la tarde la propuesta de resolución a ERC y, fuentes de los negociadores aseguran que este viernes podría estar terminada. La voluntad era abordar la declaración hoy, jueves, pero finalmente se han suspendido las reuniones que se habían convocado para hoy. La declaración hace repaso de los acontecimientos en torno al 1-O y los resultados de los comicios del 21-D además de denunciar la represión del Estado y el hecho que, a pesar de los resultados electorales, el candidato que cuenta con la mayoría de la Cámara no puede ser investido.
La siguiente carpeta és la concreción del plan de Gobierno y del proceso constituyente, que ya formó parte de las conversaciones con la CUP, para explicar a partir de un debate ciudadano el modelo de país. Mucho más complejo aparece el acuerdo sobre la estructura del Govern.
Junts per Catalunya y ERC ya habían acordado un gobierno partido al 50%, lo cual representa un incremento del peso de los republicanos en relación en el anterior ejecutivo. La presidencia queda en manos de la formación de Puigdemont y, más allá de quién asuma finalmente este papel, se da por descontado que Turull seguirá en la plaza Sant Jaume, si no como presidente como conseller de Presidencia. También Elsa Artadi asumirá una función clave en este ejecutivo, según las previsiones de JuntsxCat. Falta ver cómo se concretará el papel que tendrá Puigdemont, y todavía no se descarta un acto institucional de restitución en Bruselas que, para JuntsxCat no se limitaría a un reconocimiento simbólico sino con contenido político.
La vicepresidencia corresponde a Esquerra. De hecho, el entorno de Puigdemont, en la voluntad de restaurar a los miembros del ejecutivo, defiende mantener también el nombre de Oriol Junqueras en esta responsabilidad. La decisión, sin embargo, corresponde a los republicanos, teniendo en cuenta el papel clave del vicepresidente y la dificultad que comporta una gestión ordinaria del departamento desde la prisión.
Por lo que respecta a los republicanos, en caso de que Marta Rovira opte por mantener su papel como presidenta del Grupo Republicano y descarte ir al Goven, despunta el nombre del secretario de Hacienda, Pere Aragonès, que tiene una muy buena comunicación con JuntsxCat y que ha asumido un fuerte protagonismo a las negociaciones. Pero también aparece el nombre de un independiente, el que fue coordinador del Pacto Nacional por el Referéndum, Joan Ignasi Elena, una figura con gran capacidad de consenso que consiguió un amplio acuerdo, incluidos los Comunes de Ada Colau, en torno a la propuesta de un referéndum acordado.
En el marco de las conversaciones en torno a la vicepresidencia, ERC ha puesto sobre la mesa de negociaciones al portavoz del Govern. La funció de portavoz era hasta ahora del conseller de Presidencia, Jordi Turull, y JuntsxCat quiere retener esta responsabilidad. No obstante, los republicanos también la reclaman.
Por lo que respecta a los consellers del gabinete, la voluntad es que repitan todos los que sea posible y lo quieran. Repetiría Turull y el responsable de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull. Igualmente seguiría el conseller d'Exteriors Raül Romeva, aunque, tendria que adaptar sus funciones, dado que el juez le ha retirado el pasaporte, como al resto de miembros del Goverm encausados. De hecho, JuntsxCat reclama esta cartera, que podría quedar en manos de alguno de los miembros del ejecutivo que está en el exilio.
Han dicho que no repetirían, en cambio, Carles Mundó, Meritxell Borràs y Joaquim Forn -que es el único conseller que continúa en la prisión-. Sí ha tomado posesión del acta de diputada la consellera Dolors Bassa. El resto de miembros del Govern, Meritxell Serret, Lluís Puig, Clara Ponsatí y Toni Comín siguen en el exilio por lo cual, si quieren continuar, tendrán que asumir sus funciones desde Bruselas, o bien limitarse a un papel representativo.
Todo ello obligará a incorporar rostros nuevos en el gobierno para substituir a los consellers que no repiten y para asumir los nuevos departamentos que se quiere crear, por ejemplo, a partir del desdoblamiento de las conselleries de Bienestar y Trabajo.
De todos los miembros del Consell Executiu el único que no se vio afectado por el 155 es el secretario de Govern, Víctor Cullell.
JuntsxCat no cuenta incorporar muchos más nombres del PDeCAT en el Govern, a pesar de los rumores que señalan la posibilidad de que entre el diputado al Congreso Ferran Bel, que esta semana renunció al cargo de alcalde de Tortosa y del qual aún se recuerda la polémica por el monumento franquista de la ciudad. Por el contrario, el nombre de algunos miembros del grupo parlamentario de Puigdemont ya se habían barajado en las últimas remodelaciones del ejecutivo como Laura Borràs y con toda probabilidad volverán a estar a sobre la mesa.
Todo ello, sin embargo, pendiente de un acuerdo que, hoy por hoy, aparece muy lento, y que tiene como primer objetivo conseguir consensuar la propuesta de resolución y fijar el pleno para su aprobación.