La tarde de este jueves no ha sido fácil en los despachos de JxCat en el Parlament. Poco después de las tres de la tarde se ha sabido que el TC admitía a trámite la impugnación de la investidura de Carles Puigdemont -la del 30 de enero- y, por lo tanto, suspende la candidatura del president; tres horas más tarde, el Consell de Garanties Estatutàries ha hecho público un dictamen en que carga contra el fondo y la forma de la reforma de la ley de Presidencia que tiene que hacer posible la investidura a distancia. La réplica del portavoz del grupo ha sido clara y directa: "el grupo parlamentario de JxCat no renuncia a la investidura del president Puigdemont. A aquello que es legítimo no podemos renunciar".
"La mejor garantía estatutaria es respetar la voluntad de las urnas, no nos moveremos de este principio", ha advertido Pujol, que ha comparecido casi a las ocho de la noche, cuando el Parlament se preparaba para cerrar las puertas y a la misma hora en que ha trascendido que la responsable del grupo, Elsa Artadi, y el vicepresidente del Parlament, Josep Costa, viajaban hacia Berlín.
"Tienen miedo. Y este tienen pivota en torno al TC y a un Estado que actúa de manera errática desde el 21-D. Tienen miedo a la investidura de Puigdemont", ha reprochado Pujol que ha acusado al alto tribunal de desoír el pronunciamiento del Consejo de Estado y de los propios letrados del Constitucional.
Pujol ha ironizado que "por desgracia no hay sorpresa" en la decisión del TC y la ha situado como un ejemplo más de la falta de separación de poderes e instrumentalización del alto tribunal, "empeñado a querer alterar la mayoría parlamentaria". De hecho, se ha preguntado por qué sale ahora la admisión a trámite del recurso contra la investidura del mes de enero, tres meses después de la presentación y una semana antes de que se vote en el Parlament la reforma de la Ley de Presidencia, y después, además, que el mismo TC dijera el mes de mayo que el recurso ya no tenía sentido.
En todo caso, la Mesa tiene previsto estudiar la decisión del TC y la viabilidad de presentar recurso, así como sus consecuencias.
Por lo que respecta al dictamen del Consell de Garanties Estatutàries ha insistido en que la reforma de la ley es correcta y forma parte de las competencias del Parlament. "No se aguanta por ningún sitio, está también por desgracia la sensación de que hay un punto de dictamen político, no responde demasiado bien a ninguna lógica, ha reprochado además de admitir que, a diferencia de la decisión del TC, el pronunciamiento del Consell "sí ha causado sorpresa".
Pujol ha detallado tres puntos concretos de discrepancia con las conclusiones del dictamen: Ha defendido la modificación por lectura única, ha rechazado que fuera una materia excesivamente compleja porque hay precedentes de iniciatives igualmente complejas, ha recordado precedentes -al menos 8 leyes de desarrollo estatutario, incluida la propia ley del Consejo de Garanties Estatutàries-, y ha subrayado que la propuesta se limita a modificar un artículo que ya habla del debate de investidura y por lo tanto no se trata de un punto que se incluya de nuevo.