Los repartos de poder dentro del Ejecutivo, las personas que asumirán el papel de president y vicepresident y los complicados equilibrios para garantizar que a cada parte corresponda el 50%, están complicando las negociaciones entre Junts per Catalunya y ERC.
JxCat defiende que Jordi Sànchez sea investido president, una vez se formalice la imposibilidad de volver a situar a Carles Puigdemont al frente del Govern. No obstante, ERC vería con mejores ojos a Jordi Turull, el candidato que JxCat guarda a la recámara y con el cual los republicanos y la secretaria general del partido, Marta Rovira, mantienen una buena relación.
En el trasfondo de las tensiones provocadas por esta cuestión aparecen los rumores que apuntan a que ERC habría exigido la presidencia para Oriol Junqueras en caso que Puigdemont asume un papel de presidente del Consejo de la República desde Bruselas. Con todo, las dos partes aseguran que esta petición no se ha puesto sobre la mesa.
Lo que sí se ha planteado, no obstante, es la propuesta de JxCat que, junto a la presidencia de Sànchez desde la prisión, Oriol Junqueras sea restituido como vicepresident. Los republicanos no ven bien esta opción. Pero este es un punto clave, dado que si Sànchez es investido president, estando en prisión preventiva en Soto del Real, el vicepresident, de ERC, será quien asumirá el liderazgo del Govern.
Y aquí entra el tercer elemento de la controversia, el conseller de Presidència. JxCat quiere restituir a Jordi Turull en esta función. Eso obligaría a reforzar esta figura, que tendrá que asumir una dirección política que Sànchez, si es investido, no podrá liderar desde la prisión.
Esta necesidad se tiene que hacer compatible con la voluntad de ERC de asumir el papel de portavoz, una de las funciones clave que hasta ahora tenía Turull. Asimismo, los republicanos reclaman las secretarías de Difusión y Comunicación, que hasta ahora tenían compartidas los dos grupos, además de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals, la Secretaría de Esports y la de Afers Religiosos, entre otros. Para compensar este vaciado de Presidència, ERC propone reforzar políticamente la conselleria.
Conselleries
También el reparto de departamentos plantean dificultades. Los republicanos reclaman sumar a las conselleries que ya tienen, las de Ensenyament y Cultura, mientras que JxCat les ofrece Interior. En este punto, el grupo de Puigdemont advierte que la voluntad de partir el ejecutivo al 50% incluye el peso presupuestario de los departamentos y que con las pretensiones de ERC ser vería desequilibrado.
De hecho, el número de conselleries se incrementará. El organigrama que negocian los dos grupos incluye la división de algunos departamentos, como Benestar y Treball, Governació y Habitatge o Empresa y Universitat.
Esquerra apuesta por un Govern sin consellers imputados, lo cual también se contradice con la voluntad de JxCat que restituirá a los consellers que lo deseen, pero también con la del conseller de Salut, Toni Comín, que aspira a volver a asumir sus funciones.
Puigdemont
Como elemento previo, además, está la estructura que tendrá que garantizar el papel de Puigdemont, una vez formalice su renuncia, que se tiene que concretar formalmente de manera inminente. JxCat reclama una estructura que garantice el foco mediático y político además de la función de internacionalitzación del procés. Todo ello, aparte de la restitución al Parlament a través de una resolución y en Bruselas con un acto.
Por parte de JxCat conducen las negociaciones los consellers Jordi Turull y Josep Rull además de la responsable del grupo parlamentario, Elsa Artadi. Por parte de ERC, se encargan Jordi Bacardit, persona de máxima confianza de Marta Rovira, y el secretario de Hacienda, Pere Aragonès.
La valoración del estado de las conversaciones bascula entre la versión más pesimista que no descarta incluso la posibilidad de ir a nuevas elecciones, hasta el punto de vista más optimista que apunta que quedan sólo "flequillos muy menores".