La sesión de control al president, Quim Torra, ha servido este miércoles por la mañana para hacer visible en el hemiciclo las diferencias que separan a JxCat y ERC en relación a la negociación con el Estado, pero también por el malestar a raíz de la inhabilitación del president en la Cámara. La exigencia del mediador ha sido uno de los elementos en disputa. El responsable del grupo republicano, Sergi Sabrià, ha reclamado persistir en el diálogo con el Estado "sin excusas, que a pesar de parecer coherentes parecen a veces esconder la intención de hacerlo imposible", pero la respuesta de Torra se ha amparado en el acuerdo a que se llegó en el Parlament: "No es el president de la Generalitat quien pide un mediador, es el Parlament quien ha pedido un mediador internacional. Esta es la clave de todo", ha advertido.
El president ha explicado que el diálogo con el Estado lo afronta a partir del mandato del Parlament, la "fuerza de la unidad", "la responsabilidad" y el sentido de país. "Pero el diálogo en sí mismo no tiene sentido. Tiene sentido si tiene un objetivo, si se enmarca en un objetivo. Si no, corremos el riesgo de banalizar la palabra diálogo. Necesitamos método, objetivo y garantías para que pueda ser y pueda producir frutos", ha advertido.
También el responsable del grupo de JxCat, Albert Batet, ha advertido que, cumpliendo el mandato del Parlament, su grupo considera que "el mediador independiente es fundamental" a raíz de la desconfianza hacia el Estado español. "Ni cumplen la palabra dada ni abandonan la deriva autoritaria", ha reprochado.
El primero en intervenir ha sido Sabrià. El republicano ha reconocido que no hay ninguna garantía de que el diálogo salga bien, pero ha llamado a aprovechar todos los resquicios. "Ahora que hemos forzado al Estado a sentarse no le podemos regalar ni nuestras debilidades ni reproches ni dudas. Lo tenemos que hacer juntos porque juntos somos más fuertes", ha asegurado.
En un reconocimiento implícito a las grietas que separan a los socios de Gobierno, ha llamado a apartar las disputas y evitar reproches estériles. "Sumemos y dejemos de dividir, somos compañeros de viaje", ha alertado, además de asegurar que a ERC no les importan "los votos en juego" y que están dispuestos a asumir el "desgaste".
A pesar de las apelaciones al diálogo, el intercambio en el hemiciclo ha ido haciendo evidente que las diferencias entre los dos grupos no se limitan a la figura del mediador y tienen un calado mucho más profundo. Sólo tomar la palabra, Batet ha querido reprochar que por primera vez la sesión de control se dirigía a un president al cual no se considera diputado y no se le permite votar. Por esta razón, ha agradecido a Torra el "sentido de estado" para afrontar esta nueva situación, "poniendo al país por delante de los intereses personales y partidistas".
"Tenemos que poner por delante el sentido de país; no milito en ningún partido, siempre priorizo lo que es mejor para el país", ha respondido Torra en un nuevo dardo envenenado hacia Esquerra.
El president ha llamado a no quedar paralizados por la represión. "Ni doblegarnos ante cualquier amenaza que nos pueda hacer llegar y, sobre todo, con respeto a la voluntad popular, ha exigido en un nuevo reproche a los republicanos.