JxCat ha asegurado este miércoles desde Bruselas, después de celebrar una reunión del grupo parlamentario con el president, Carles Puigdemont, que mantiene a Jordi Sànchez como candidato a la presidencia de la Generalitat. Durante el encuentro en la capital belga no se ha hablado de nombres alternativos para la investidura, sin embargo, la previsión es que la próxima semana se desencalle el pleno. No obstante, la decisión de renunciar a la candidatura depende de Sànchez. "Estamos en tiempo y forma", ha argumentado al diputado Eduard Pujol en la rueda de prensa posterior.
La negativa del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena a permitir la salida del expresidente de la ANC de la prisión de Soto del Real para participar en el debate de investidura, ha obligado a JxCat a estudiar un tercer nombre para asumir la presidencia. A pesar de todo, Pujol ha dejado claro que el grupo parlamentario ha decidido que todavía no ha llegado el momento de poner esta alternativa encima de la mesa. "Hay marco legal que nos permite esta investidura. Es importante insistir en este mensaje", ha asegurado.
El diputado ha recordado que la fecha del pleno no está marcada y que mientras haya tiempo continuarán defendido la posibilidad de que el expresidente del ANC pueda optar a la presidencia. El abogado de Sànchez presentó este lunes un recurso de apelación ante el Supremo y, en caso de que no prospere, recurrirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Paralelamente, el presidente del Parlament, Roger Torrent, aplazó el pleno de investidura, que inicialmente se tenía que haber celebrado este lunes, hasta que se compruebe el recorrido de estos recursos.
En cualquier caso, ya sea por una respuesta -inesperada- del Supremo o por la decisión de Sànchez de retirar su candidatura, la previsión de JxCat es que haya movimientos en los próximos días que permitan resolver la investidura la próxima semana. De momento, el portavoz del grupo ha dejado claro que descartan la posibilidad de nuevas elecciones.
El escaño de Puigdemont
Otro punto que ha abordado JxCat es si Puigdemont, que ha recibido a sus diputados con un discurso encendido, ha de contemplar la posibilidad de renunciar a su escaño. Pujol ha negado este escenario en la rueda de prensa, y así se han pronunciado durante el encuentro algunos de los miembros del grupo, que han puesto especial énfasis que en ningún caso se plantee la renuncia del president. No obstante, en la reunión se constató la dificultad que comporta el mantenimiento del acta por parte del president y no se ha descartado que tenga que renunciar.
Los últimos días, sin embargo, se había apuntado la posibilidad de que Puigdemont se retirara a raíz de la decisión de la CUP de abstenerse ante cualquier candidato que no sea Puigdemont, lo cual imposibilita la investidura de cualquier otro diputado, dado que JxCat y ERC sólo pueden disponer de 64 de sus 66 diputados -ni Puigdemont ni el conseller Toni Comín pueden delegar su voto-, frente a los 65 del resto de grupos.
Aviso a la CUP y ERC
Los diputados de Puigdemont han querido dejado claro que harán lo que haga falta para garantizar un nuevo Govern que respete los resultados del 1 de Octubre y el 21-D, pero que emplazarán la CUP y ERC a hacer lo mismo.
En este sentido, Pujol ha hecho un llamamiento a "la responsabilidad de Estado" cuando se le ha preguntado sobre la abstención de la CUP. Es una reflexión que hay que abrir, empezar sin ningún tipo de pressing ni de acritud. Poner sobre la mesa que quizás hay que escuchar bien, afinar bien, aquello que dijeron los electores el 21-D", ha añadido advirtiendo que sería una contradicción alterar la voluntad de un Parlament "sabiendo que hay dos diputados que no pueden votar".
También ha dedicado un reproche a Esquerra, al asegurar que JxCat no se hace responsable de la no investidura de Carles Puigdemont. "Nosotros el 30 de enero estábamos", ha recordado en referencia al pleno de investidura de Puigdemont que el presidente del Parlament aplazó, sin avisar JxCat, horas antes de su celebración.
Pujol ha asegurado que la decisión de JxCat de mantener al candidato obedece a la voluntad de respetar la decisión de los ciudadanos en las urnas, y no a una voluntad de presión en el Estado español. "No es una estrategia para poner el Estado español contra la pared. El Estado se ha puesto a solas", ha reprochado.