Las conversaciones entre Esquerra Republicana y el PSOE incomodan a Junts per Catalunya que, de momento, se lo mira desde la barrera. Dentro de pocas horas, este jueves por la tarde, republicanos y socialistas mantendrán el primer encuentro formal de sus equipos negociadores y los de Torra y Puigdemont han aprovechado la víspera para subir la voz y hacerse ver. Reclaman que en la mesa de diálogo que los dos partidos empezarán a dibujar mañana reserven una silla al president de la Generalitat.
Así lo ha reclamado durante la sesión de control el propio Quim Torra. Ha exigido a Pedro Sánchez que le llame y ha señalado que un diálogo entre gobiernos significa que los que hablan son los dos presidentes. En el mismo sentido se han expresado la consellera y portavoz Mertixell Budó y el diputado de JxCat, Eduard Pujol.
El partido había preparado una interpelación ad hoc durante el pleno de esta tarde en el Parlament para reivindicar su papel en los contactos con Madrid. El diálogo, ha advertido Budó, "pasa inexcusablemente por que en esta mesa se puedan sentar los dos presidentes". Tanto esta afirmación como las declaraciones del president por la mañana son una enmienda a las palabras del vicepresident Pere Aragonès, que en una entrevista a primera hora de la mañana ha apuntado que no es imprescindible que Torra esté. Todo dependerá, ha dicho, de quién envíe el Gobierno de España. Si no va Sánchez, ha defendido Aragonès, tendrá que ir un representante del gobierno catalán de igual rango al que designe Moncloa. De hecho, desde el PSOE se apunta que el espacio idóneo para que ambos gobiernos dialoguen es la comisión mixta Estado-Generalitat. Una opción que no convence ni a ERC ni JxCat.
Quien ha dado pie a la intervención de la consellera ha sido Eduard Pujol, que ha vuelto a calificar su formación como aquellos que están "dispuestos a arremangarse" para dialogar, si bien ha lamentado que "nos lo ponen difícil". En este sentido ha enumerado toda una serie de decisiones que juegan en contra de los "gestos de acercamiento", como son "el 155 digital" o la suspensión de tres delegaciones de la Generalitat, hoy mismo.
Siguiendo el hilo, ha avisado al PSOE de que no quieren "más golpecitos a la espalda, ni que nos cepillen a las escaleras de Moncloa, ni que nos tomen el pelo". Por eso, ha pedido a Pedro Sánchez que "coja el teléfono, llame, muévase, hable". Y se ha quejado de que "parece que nos quieran evitar, pero nos encontraremos".
Para acabar, un varapalo sonoro. Ha tildado al expresidente Zapatero de "Pinocho de Ferraz", por su promesa, después incumplida de "el apoyaré" del Estatuto catalán.