Contra todo pronóstico, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ha absuelto a la exdiputada de la CUP Mireia Boya. Boya entró en la purga del Tribunal Supremo en medio de la investigación, como pasó con otras diputadas que tenían peso en sus respectivos partidos como Marta Pascal, Marta Rovira y Anna Gabriel.
Mireia Boya saltó del Supremo al Tribunal Superior de Justícia de Catalunya cuando la causa se partió en dos. La sentencia es clara con ella: "No formó parte de la Mesa del Parlament" y "actuó, aparte de en el ejercicio de las funciones propias de su condición de parlamentaria elegida por la formación política Candidatura d'Unitat Popular-Crida Constituent, como presidenta del grupo parlamentario de dicha formación".
Es decir, que el TSJC sólo carga contra la función de ordenar el debate, pero no de participar en él.
Pero, además, abre la puerta a otros procesados que están en el exilio: "Somos conscientes también de que lo que se decida respecto de ella podría tener consecuencias respecto de otros procesados que se hallaban en una situación similar y que por ahora se encuentran en rebeldía y pendientes de ser juzgados". El fragmento de sentencia de la página 152 abre la puerta al retorno. Pero no afecta a todos por igual.
Anna Gabriel está en misma situación que Mireia Boya y, por lo tanto, por delitos, se le podría aplicar la misma absolución. Pero, ¿y Marta Rovira, que también entró en el procesamiento como ellas dos y que, al igual que hizo Gabriel, huyó a Suiza el día que tenía que ir a declarar al Tribunal Supremo?
¿Puede volver Marta Rovira?
Para poder aplicar la misma lógica de los jueces a todos los exiliados hay que aplicar la misma situación procesal. Es decir, los mismos delitos.
Gabriel estaba acusada de desobediencia. Pero sobre Marta Rovira cae una acusación de rebelión. De hecho, Pablo Llarena, el juez instructor, la consideraba una de las promotoras de toda la trama para conseguir la independencia.
El 23 de marzo del 2018 el Tribunal Supremo hacía públicos los procesados y los delitos que se les imputaban. Aquel mismo día caen del proceso judicial contra el procés Artur Mas, Marta Pascal y Neus Lloveras.
Mientras que Mireia Boya y Anna Gabriel cierran la lista sin delitos de pena de prisión, Marta Rovira está encima de todo, encabezando la relación con los máximos responsables.
A Boya y Gabriel les atribuyen un delito de desobediencia por la "desatención a las decisiones del Tribunal Constitucional (responsabilidad al registrar en el Parlament la proposición de ley de transitoriedad nacional y fundacional de la República y la presentación de la proposición de ley del referéndum de autodeterminación)".
En cambio, a Rovira se la procesa por "participación esencial en la ideación de mecanismos de actuación, impulso parlamentario de una legislación de apoyo y coordinación de sectores de la administración y responsabilidad ante el referéndum para conseguir una plena disponibilidad de los centros de votación" y entra en el proceso al mismo nivel que los consellers. Aquel mismo día Rovira ya no se presenta y se marcha a Suiza.
Según los expertos juristas, en otra situación, y con un clima político diferente, "la vuelta se pacta". El retorno de los exiliados y, en este caso concreto, el de la secretaria general de ERC. Pero la trayectoria del procés independentista en los tribunales hace descartar cualquier opción de llegar a acuerdos.
Los demás exiliados no entran en ninguna lista de posibilidades para la vuelta después de la absolución de Boya. Eran consellers de un gobierno al que se le atribuye un delito de alzarse contra el estado español. Por lo tanto, ahora mismo, la única que se puede arriesgar a volver sin consecuencias penales graves es Anna Gabriel.