Desde su momento de clímax, bajo la presidencia de Carme Forcadell, cuando forzaron a Artur Mas con el famoso "president, ponga las urnas", la Assemblea Nacional Catalana ha ido perdiendo capacidad de influencia a los partidos independentistas. Con todo, la entidad conserva encara el poder de convocatoria y sigue ejerciendo de lobby del procés. La ANC ha organizado una manifestación para este domingo para presionar ERC, Junts y la CUP en las negociaciones. Sobre las conversaciones, Elisenda Paluzié ha roto una lanza a favor de la CUP, asegurando que "sería importante" que la presidencia del Parlament estuviera en manos de los anticapitalistas en esta nueva legislatura.
Los cupaires han abierto la puerta a luchar por situar uno de sus cuadros como segunda autoridad del país, una posibilidad que desde de hoy el miércoles y hasta el viernes debatirán con la militancia y que centrará parte del consejo político que celebrarán este sábado. Junts per Catalunya también aspira al mismo cargo y ERC no descarta ninguna posibilidad ahora mismo.
Desde la ANC insisten en que los partidos independentistas tienen la obligación de entenderse para dar respuesta al 51% de los votos alcanzados en el Parlament. Según Paluzie, "una mayoría legitimada para que, según cómo vayan las cosas, se puedan plantear otros escenarios" unilaterales. Es en este punto que ha puesto en valor la actitud de la CUP, "que si algo ha demostrado es que está dispuesta a desobedecer".
Suspenso "estrepitoso" del gobierno Torra
La presidenta de la ANC ha reclamado a ERC y Junts evitar el desbarajuste de la pasada legislatura. En este sentido ha criticado que "debieron negociar muy rápido el reparto de sillas pero no la estrategia", como quedó demostrado, ha dicho, a la primera de cambio con la no investidura de Carles Puigdemont.
Si bien la Assemblea defiende que "la mejor opción de gobierno" es una coalición de ERC, Junts y la CUP, reconocen que si uno lee el programa electoral de los cupaires se evidencia la dificultad que puedan entrar al ejecutivo, aunque fuera sólo con ERC y sin Junts. "Es una fuerza anticapitalista", ha recordado Paluzie, que plantea la suspensión del pago de la deuda o una política de nacionalizaciones inasumible para los republicanos.
La entidad tiene la intención de auditar la tarea de un futuro gobierno independentista, con evaluaciones trimestrales sobre el cumplimiento de la hoja de ruta hacia la República. Paluzie ha recordado que cuando analizaron el trabajo hecho en este sentido por el gobierno Torra, "suspendió estrepitosamente".