Nuevo descontento respecto al discurso que pronunció ayer por la tarde el president de la Generalitat, Pere Aragonès. Si desde Junts per Catalunya echaron de menos falta de concreción y desde la CUP critican que no dijo nada que haga pensar que las cosas se moverán, desde la Assemblea Nacional Catalana avisan a Aragonès que no participarán en la estrategia que planteó, consistente en reactivar la fuerza del soberanismo para obligar al Estado a moverse: "No participaremos en una unidad de acción y de movilización en torno a la estrategia planteada por parte del president de la Generalitat, que, además, no ha sido consensuada en ningún espacio. Desde la Assemblea estamos en total desacuerdo en pedir concesiones al estado español en la mesa de diálogo sin preparar alternativas unilaterales".
Así lo ha comunicado la ANC al día siguiente de la conferencia de Aragonès, donde después de seguir apuntalando el diálogo, avisó de que si la negociación no avanza, no se podrán quedar de brazos cruzados, aunque no concretó cuál podría ser la respuesta ante el fracaso de la mesa de diálogo. La entidad presidida por Elisenda Paluzie considera que solo con la movilización y la unidad de acción no se forzará al Estado a pactar un referéndum: "Es ingenuo y nos traslada al 2012", y lamentan que el discurso de Aragonès restara valor en todo lo que significó el referéndum del año 2017.
El pueblo catalán ya votó
"Entendemos que hablar de la consulta del 9-N, de los resultados de las elecciones y, especialmente del referéndum del 1-O solo como formas políticas que expresaban la voluntad de decidir el futuro del país es desperdiciar el mandato del Primero de Octubre", lamentan, y han recordado al president que lo que significan tanto el 9-N como el 1-O no lo decide él, sino el Parlament de Catalunya, "que aprobó una ley que decía claramente que era un referéndum vinculante, no un proceso participativo". Es así como la ANC avisa al president republicano de que el sistema democrático es un consenso de país, y que la mejor manera de defenderlo es que aquello que se decide en el Parlament se respete y no se manipule: "El pueblo català ya votó y ganó incontestablemente contra la fuerza represiva de todo un estado. Al mismo tiempo, el 27 de octubre el Parlament de Catalunya declaró la independencia. Este último capítulo no fue ni nombrado por parte del president", lamentan.
Más allá de esta cuestión, la entidad de Paluzie tampoco comparte que Aragonès hablara de los indultos "como el reconocimiento de la injusticia de la sentencia por parte del Gobierno". La entidad considera que la lectura es errónea, porque lo que habría sido una victoria habría sido cambiar la posición de la abogacía y la Fiscalía del Estado en el juicio del Supremo, o después de la sentencia suprimir la sedición como delito en el Código Penal: "Los indultos son una medida de gracia que no reconoce la injusticia de la sentencia y que políticamente han ayudado al Estado a dar apariencia de normalización del conflicto entre Catalunya y España". Asimismo, consideran que pedir al Gobierno una solución a la situación de las personas exiliadas similar a los indultos "es renunciar a uno de los elementos de confrontación hasta ahora más exitosos".
Las críticas al discurso de Aragonès llegan después de un fin de semana en que la entidad se ha movilizado en contra de la estrategia de la mayoría independentista del 52% en el Parlament, y exigiendo un cambio de rumbo a fin de que los partidos vuelvan a poner el objetivo de la independencia en el centro. Asimismo, también convocaron, como símbolo de protesta, a hacer cortes en la Meridiana, ahora que la Generalitat ha decidido trasladarlos de lugar.