Los representantes políticos ya no tendrán trato preferente en la manifestación que organiza la ANC por la Diada, este año bajo el lema "Objetivo Independencia". La dirección de la entidad ha decidido excluirles de la zona VIP, visualizando así su disconformidad con la gestión de los partidos independentistas.
A lo largo de los últimos años, desde la ANC se enviaba a los dirigentes políticos un correo emplazándoles a asistir a sus movilizaciones, a las cuales podían ir acompañados de hasta cuatro personas más. Una vez allí, todos ellos quedaban separados del resto de asistentes en una zona acordonada al pie del escenario. Esta vez, sin embargo, no recibirán ya la invitación ni tampoco podrán acceder a la zona reservada. Allí habrá personalidades diversas de otros ámbitos y sí que tendrán cabida algunos alcaldes, como representantes de la Associació de Municipis per la Independència, que colabora en la organización del acontecimiento.
La convocatoria de este 11 de septiembre pretende ser distinta y servir de toque de atención a los actuales líderes independentistas convirtiendo la jornada en un clamor por la unidad estratégica desde la diversidad ideológica. La concentración tendrá como centro neurálgico la plaza de Espanya. Por las seis calles que confluyen se han distribuido los ya tradicionales tramos para repartir a la gente. En esta ocasión, sin embargo, no habrá performance.
A las 17.14 empezará el acto y la previsión es que se alargue unos 45 minutos. Constará de tres bloques más o menos de un cuarto de hora cada uno. Los mensajes que se dirigirán irán en la línea de demostrar que es posible la unidad desde la diversidad y insistir en que el camino es la lucha no violenta.
Así pues, los miembros del Govern, del Parlament o de los partidos que decidan participar en la concentración deberán hacerlo como un ciudadano más, mezclándose entre el público.