Reducción histórica de la brecha salarial. Estos indicadores se lleva registrando y estudiando en Catalunya desde el año 2008 y por primera vez en más de una década este se sitúa en el 20%. Según el estudio presentado este lunes por el Observatorio de Trabajo y Modelo Productivo, la brecha salarial en términos de salario medio anual se ha reducido en 1,5 puntos, hasta el 20,6%, el año 2019. Se trata de una buena noticia a medios, ya que como ha recordado la consellera de Igualtat y Feminismrs, Tània Verge, esta reducción implica que las mujeres solo cobran el 79,4% del salario medio de los hombres. En otras palabras, "es como si las mujeres dejáramos de cobrar por nuestro trabajo a mediados del mes de octubre", ha ejemplarizado a la consellera.
Así, pues, este informe deja un regusto agridulce. Por una parte, la tendencia descendente que se está concatenando los últimos años es un motivo de alegría, pero la diferencia entre lo que cobran por término medio los hombres y las mujeres sigue siendo abismal. Según ha expuesto a la consellera Verge, esta diferencia salarial impacto en el consumo o la capacidad de pagar el alquiler de las mujeres, ya que por término medio cobran 500 euros menos que los hombres. Es decir, la brecha salarial empobrece a las mujeres.
En la presentación de este informe también han asistido al conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, quién ha remarcado que la lucha por la equidad laboral es una prioridad no solo de su Conselleria, sino del Govern. "Romper la brecha salarial es un reto de país", ha asegurado el conseller.
El papel del salario mínimo
Un elemento clave para la reducción de la brecha salarial ha sido el aumento del salario mínimo los últimos años. Sin embargo, ¿por qué ha afectado más a las mujeres esta medida? Por qué, justamente, las mujeres ocupan en su mayoría los estratos más bajos de la escala salarial. De manera que, subiendo el salario mínimo interprofesional, muchas mujeres mejoran su situación laboral. De nuevo genera un regusto agridulce, porque el hecho de que las mujeres sean los principales beneficiarios implica que son las que se encuentran en situaciones más precarias.
La edad también juega un papel importante en las diferencias salariales entre hombres y mujeres. Cuando hay una diferencia menor es en la juventud. Sin embargo, a partir de los 35 años, los hombres van cobrando más progresivamente y las mujeres se estancan de manera que la diferencia acaba siendo sustanciales. El motivo lo encontramos principalmente en la maternidad. Como denuncian desde el Observatorio del Trabajo y Modelo Productivo, este cambio radical de tendencia está muy ligado a la maternidad, la cual todavía tiene un precio para las carreras de las mujeres.
Las diferencias salariales se reparten por toda la escala salarial, desde las capas más bajas y precarizadas hasta los sueldos altos. Según el estudio, las mujeres con los salarios más altos de Catalunya, en torno a los 41.000 euros anuales, también cobran menos que los hombres en su mismo rango de la escala salaría, cuyo sueldo gira sobre los 50.000 euros anuales. Este hecho muestra como la brecha salarial es problema estructural que no solo se manifiesta por un hecho de diferencia de clase social, sino de género.