A lo largo de las próximas horas, la Crida verá la luz de manera oficial. Y lo hará, según ha confirmado el presidente del congreso fundacional, "como asociación claramente con carácter de movimiento". Por lo tanto, por ahora y en principio, sin definirse propiamente como partido político, que era uno de los puntos más espinosos en la relación con el PDeCAT.
Un Eduard Pujol eufórico ha afirmado que "sentimos el peso y la responsabilidad de la historia detrás". "Somos la gente del 1-O", ha reivindicado, y ha definido la Crida como "la herramienta al servicio de la república que tiene que servir para acabar de recorrer los metros finales de un camino que es muy largo". Sus impulsores insisten, además, que su voluntad es disolverse una vez alcanzado el objetivo de la independencia.
El arranque del congreso va con retraso, como mínimo de una hora respecto de la previsión inicial, que eran las diez y media de la mañana. La organización está acabando de solucionar "unas cuantas incidencias", relacionadas con un volumen considerable de inscripciones y adhesiones de última hora.
Las últimas cifras proporcionadas por la Crida son 16.954 fundadores, entre los cuales el presidente de la Generalitat, Quim Torra, más de 900 voluntarios y más de 4.000 personas inscritas para poder votar en el congreso fundacional, que se celebrará a lo largo de todo el día en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona -el mismo recinto, por cierto, dónde ahora hace dos años y medio nació el PDeCAT.