Lo plantean como un ejercicio de responsabilidad, no como un "mercadeo de sillas". A una semana de la votación definitiva, la CUP insiste en postularse para la presidencia del Parlament, para garantizar, dicen, que sea antifascista y plante cara a las embestidas judiciales, ya sean en relación al procés hacia la independencia o con leyes sociales que, por ejemplo, sirvan para blindar el derecho a la vivienda. Así lo ha confirmado la diputada electa, Eulàlia Reguant, durante una comparecencia este viernes. "La CUP está dispuesta a asumir la presidencia del Parlament", y lo ha trasladado con esta claridad "en todas las conversaciones" con las partes implicadas en la negociación por el nuevo gobierno: ERC, Junts y En Comú Podem.
Durante su intervención, la líder cupaire ha anunciado que a lo largo de la última semana con estas tres fuerzas, han podido llegar a "compromisos firmes" por una moratoria de las balas de foam, que los Mossos no participen en desahucios y que la Generalitat no se persone contra activistas. Unas demandas que eran clave para desencallar las negociaciones y que, según la CUP, han obtenido respuesta.
A Reguant la acompañaba el portavoz del secretariado nacional, Edgar Fernández, que a pesar de todo ha puntualizado que como "espacio asambleario" no negocian "a base de cuotas de poder". Los anticapitalistas ponen en marcha este fin de semana la segunda ronda de asambleas territoriales para coger el pulso a la militancia sobre cómo afrontar la fase final de las negociaciones. El debate interno culminará el martes y no se prevé que el posicionamiento definitivo llegue antes del jueves.
Los cupaires han estructurado las negociaciones en dos partes. Sin pasar la primera pantalla, ERC y Junts no habrían pasado a la siguiente. Antes de sentarse a hablar de propuestas concretas en relación a la hoja de ruta de la legislatura, exigían a los de Aragonès el compromiso de trabajar para desarmar los Mossos de los proyectiles de foam y apartar la Brimo de los desahucios. Una vez los republicanos han accedido a estudiarlo, la CUP ha empezado a abrir nuevas carpetas. Específicamente sobre renta básica universal, regulación efectiva del alquiler y garantía del derecho a la vivienda, potenciar el sector públic y la industrialización y la transición ecológica del país.
Iban lentos porque iban lejos
Uno de los eslóganes de campaña de la CUP que más calaron fue aquel que advertía que "Iban lentos porque iban lejos". Durante la rueda de prensa, los anticapitalistas han alejado la posibilidad de que se llegue al viernes, el día que se constituye el nuevo Parlament, con un acuerdo global, como quiere ERC, que vaya más allá del reparto de plazas a la Mesa del Parlament. "Iremos hablando a cada momento y poco a poco sobre cómo abordar la legislatura".
Dicho de otro modo, que todo el mundo, tenga claro que los procesos de debate interno de la CUP requieren su tiempo, y que su intención es ir capítulo por capítulo y no aglutinar todos los frentes abiertos -Mesa, investidura, gobierno y presupuestos- en un solo paquete.