La CUP continúa el pressing JxSí que empezó ayer con la reanudación de las conversaciones. Si ayer los diputados Josep Manuel Busqueta y Julià de Jòdar se plantaban delante del hospital de Bellvitge para marcar las "líneas rojas" en salud pública, con el fin de marcar terreno de cara a la recta final de las negociaciones, esta tarde ha sido el turno de la enseñanza.

En la escuela Ernest Lluch, las diputadas Eulàlia Reguant, –miembro de la comisión negociadora– y Gabriela Serra han participado en el encierro que padres, alumnos y comunidad educativa han llevado a cabo para protestar por la continuidad de los barracones y por no haber empezado las obras. Esta escuela del Hospitalet ha servido de escenario a la CUP para denunciar los conciertos con las escuelas del OPUS de la ciudad, que "sí han cobrado la subvención".

Según las diputadas, JxSí "entiende" situaciones como la escuela Ernest Lluch, sin embargo "otra cosa es que tengan voluntad de acabar con situaciones que anteponen los intereses privados a los públicos y que, además, van contra las normativas pedagógicas". Para la CUP, es necesario insistir en las reclamaciones de los bienes públicos y de "derechos básicos de ciudadanía que no se sometan a los deseos del sector privado de la sociedad".

La reclamación se enmarca dentro de la recta final de la negociación que se han autoimpuesto las dos formaciones para llegar a un acuerdo antes del 22 de diciembre. Con estos posicionamientos la CUP intenta girar el famoso #pressingCUP hacia el #pressingJxSí, enviando un mensaje al otro lado de la mesa, y sobre todo internamente.