Muchos de los camisas viejas de la CUP sufrieron en propia carne los métodos poco ortodoxos de la Audiencia Nacional en los años que el independentismo de izquierdas vivía en la semiclandestinidad. Un ejemplo es la famosa operación Garzón en la Catalunya olímpica, que años más tarde le costó una condena al Estado por parte del Tribunal de Estrasburgo por no haber investigado las torturas denunciadas por los detenidos. Con este recuerdo en la memoria, la herencia de la Audiencia Nacional como hijo del Tribunal de Orden Público y un ambiente político marcado por el conflicto institucional con el Estado, la CUP ha querido entronizar su desobediencia a este tribunal en un acto en Celrà. En una performance marca de la casa cupera, la izquierda independentista y anticapitalista ha querido dejar claro que los cargos electos de la CUP no harían caso a los requerimientos de la Audiencia Nacional para explicar su apoyo a la "resolución de la ruptura" del Parlament, porque, sencillamente, "ya no reconocen a este tribunal".
El Ateneu de esta población del Gironès que gobierna la CUP, se ha llenado con doscientas personas de la biosfera cupera. Desde cuadros dirigentes hasta cargos electos, pasando por representantes de diferentes organizaciones, como Alerta Solidaria, todos han insistido en un mensaje: “cualquier proceso de ruptura tiene que incluir la desobediencia con las instituciones del Estado”.
Con esta premisa, la CUP ha querido responder a los requerimientos de la Audiencia Nacional a sus concejales, como el alcalde de Celrà, Dani Cornellà, a fin de que den explicaciones por haber votado a favor de una moción en apoyo de la declaración de ruptura aprobada por el Parlament el pasado 9 de noviembre. “Desobediencia, república e independencia: hoy este es nuestra única hoja de ruta”, ha sentenciado Benet Salellas en su parlamento, acompañado de los también diputados Anna Gabriel y Julià de Jòdar. "No responderemos a los requerimientos de la Audiencia Nacional porque es un órgano que ya no reconocemos”, ha añadido pidiendo firmeza a todos los concejales cuperos requeridos que también se han subido al escenario.
Precisamente el alcalde de Celrà ha sido el encargado de cerrar el acto con una advertencia: “volvamos a aprobar la moción tantas veces como haga falta, porque en Celrà manda el pueblo, no la Audiencia Nacional”. "Hemos iniciado el proceso hacia la plena independencia, y nadie nos apartará de este camino mientras el movimiento popular esté al frente defendiéndolo”, ha remachado.