Cuando quedan 48 horas para el nacimiento del Parlament de la XIII legislatura, los partidos independentistas todavía discuten como plasmar la mayoría que les han entregado las urnas en la Mesa. ERC, Junts y la CUP se reunieron conjuntamente por primera vez desde el 14-F este martes. La cita sirvió para conjurarse para evitar que las diferencias internas acaben entregando la presidencia de la cámara al PSC. A partir de aquí, sigue abierta la carrera entre Junts y la CUP para ver quién ocupa el cargo.
Los anticapitalistas son los únicos que hasta ahora han puesto un nombre encima de la mesa, el de Pau Juvillà. Ahora bien, hay que remarcar que su oferta para asumir la presidencia del Parlament no es una condición sine qua non para acordar la investidura de Aragonès.
Puigdemont avala a Borràs
La línea roja es "que el TC no presida el Parlament", en palabras de Eulàlia Reguant esta mañana en RTVE, "ni caiga en manos de un partido del 155", tal como ha manifestado Carles Riera en TV3. Los cupaires escucharon ayer por primera vez formalmente la voluntad de Junts per Catalunya de obtener la presidencia. Ahora esperan que la formación de Carles Puigdemont ponga cara a la oferta, que podría ser la de Laura Borràs. Esta mañana, el expresident ha señalado que la candidata "sería una buena presidenta del Parlament" i que Borràs debe decidir qué hacer.
La CUP no cierra la puerta a poder votar a un candidato de Junts, porque por delante de "la silla" ponen que se garantice que el nuevo presidente será antifascista y estará dispuesto a desobedecer, cuando toque, las órdenes del Tribunal Constitucional. Exigen superar el argumento esgrimido hasta ahora por Junts apuntando que "les toca". Puigdemont ha verbalizado la postura de Junts en la negociación, recalcando que sería "lógico" que la presidencia de la cámara catalana fuera para su partido y que "tiene toda la legitimidad". Así lo ha afirmado en una entrevista en TV3.
"No estamos hablando de vetos, no lo hemos hecho en todas las conversaciones que hemos tenido", ha subrayado Riera, "el veto es que el 155 pueda presidir el Parlament". La CUP considera que el papel de Roger Torrent es "mejorable" y ponen como ejemplo que si hubiera dependido de ellos no habrían retirado el escaño al president Quim Torra a raíz de la inhabilitación del TSJC. Este miércoles los tres partidos volverán a verse para tratar de avanzar en la concreción del acuerdo.
Pugna CUP-ECP por la séptima plaza
La prioridad de los anticapitalistas es asegurarse un sitio en la Mesa del Parlament, independientemente de si es o no el de la presidencia. La vía más segura para garantizar que puedan entrar es que ERC o Junts les cedan uno de los dos puestos que corresponde a cada uno de los dos principales partidos independentistas. Hay, sin embargo, un camino alternativo que dependerá de qué papel quieran tener los comunes.
La Mesa la integran siete miembros, contando al presidente. De estos, cuatro serán seguro para ERC y Junts y dos más para el PSC. El séptimo lugar acostumbra a recaer en la cuarta fuerza del Parlament. Dado que todos los grupos —menos Cs y PP— se han comprometido a hacer un cordón sanitario a Vox, queda una vacante. Y aquí es donde se abre la pugna entre CUP y comunes.
Si el grupo de Jéssica Albiach quisiera hacerse con esta plaza, podría acceder contando con el apoyo de PSC, Cs y el PP. Los socialistas ya han ofrecido sus votos, y los dos partidos de la derecha sopesan ahora si ceden sus diputados a los comunes para evitar que el independentismo tenga cinco de las siete sillas de la Mesa.
Con respecto a la posibilidad de que la CUP se integre en el Govern de la Generalitat, fuentes del partido explican que ahora mismo esta opción está muy lejos de materializarse, porque las conversaciones todavía están en la fase más superficial y no se ha profundizado suficiente en las propuestas de políticas concretas. Precisamente sobre las conversaciones para formar Govern, Puigdemont ha manifestado que el acuerdo "no será fácil ni rápido".
En la imagen principal, Eulàlia Reguant y Carles Riera conversan con Isaac Peraire, de ERC, durante la concentración de apoyo en el juicio de Torra. / Mireia Comas