Tras una larga agonía, el cordón sanitario ha sido todo un fracaso en Ripoll. La extrema derecha (independentista) "ha pasado" y se ha colado al frente del Ayuntamiento. La islamófoba Sílvia Orriols, de Aliança Catalana, se ha hecho con la vara de alcaldesa ante la imposibilidad de tejer un pacto alternativo. ERC, el PSC y la CUP han votado a la republicana Chantal Pérez, mientras Junts ha mantenido la candidatura de Manoli Vega. Esta división ha hecho prosperar la lista más votada. Ya investida, Orriols ha pronunciado un discurso repleto de islamofobia, situando como prioridad el cierre de una mezquita, y ha brindado con cava delante la sede del partido. Ha cogido la vara sola, sin el habitual traspaso del alcalde saliente, en este caso Jordi Munell. A las puertas de la plaza, blindada por los Mossos y la Policía Local, se han concentrado una cincuentena de vecinos al grito de "Ripoll será la tumba del fascismo". Tanto Orriols como la candidata de Junts han sido abucheadas a la salida del consistorio, a diferencia de los partidos de izquierdas, recibidos con aplausos.

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La victoria de la extrema derecha ya era un presagio dos horas antes de la sesión, cuando llegaban algunos miembros de la oposición y admitían que no había nada de nada. Se ha confirmado en el pleno, que ha empezado a las doce del mediodía, bien puntual. Primero, los nuevos concejales han prometido el cargo. Mientras la mayoría de nuevos ediles han prometido el cargo por imperativo legal y con llamamientos contra el fascismo, Sílvia Orriols y sus compañeros de Aliança Catalana lo han hecho "por las constituciones catalanas que regían el país el 11 de septiembre de 1714, legales, vigentes e inderogables, que lucharé para restituir los derechos y libertades de mi pueblo". Y acto seguido han tenido lugar los parlamentos de cada uno de los grupos, que han dejado claro su candidato. Finalmente, las votaciones, donde se ha impuesto la lista más votada, la de Aliança Catalana, en ausencia de una mayoría absoluta. Ha habido un voto en blanco.

Sílvia Orriols brinda con cava delante la sede de Aliança Catalana después de ser investida alcaldesa de Ripoll. Foto: Eva Parey

La expectación ha sido máxima en la capital del Ripollès. Hasta el punto que el aforo de la sala de plenos hacía días que estaba completo y algunos periodistas han tenido que hacer peripecias para ser acreditados. También los vecinos se han acercado. La mayoría, a la concentración "contra el racismo y la intolerancia". Pero también se ha dejado ver a algún simpatizante de Aliança Catalana, que ha querido dejar claro que está contra los "colaboracionistas borbónicos de la oposición". También se han acercado diputados al Parlamento, como Pau Morales (ERC) o Xavi Pellicer (CUP). La resignación se ha podido palpar entre los mismos trabajadores del Ayuntamiento. "Qué le vamos a hacer".

Negociaciones frustradas

No ha sido posible un acuerdo de la oposición para construir una mayoría alternativa a Sílvia Orriols, ganadora de las elecciones con 6 concejales. La mayoría absoluta se sitúa en 9, y hacía falta la implicación tanto de ERC y Junts como de la CUP y el PSC. Las tres formaciones de izquierdas cerraron un acuerdo a principios de semana, pero a mediados de semana la candidata de Junts, Manoli Vega, se postuló para hacer un acuerdo en torno a ella y sin los cuperos. Ha habido movimientos de las direcciones nacionales de los partidos y acusaciones cruzadas, pero ningún avance para el acuerdo, como se ha visibilizado en la votación. No han servido de nada los ruegos desde el mismo pleno de las izquierdas a los junteros para sumarse a la candidata republicana Chantal Pérez. Pero la alcaldable de Junts sí que se ha postulado para liderar una moción de censura en un futuro inmediato, a partir de la semana que viene. "Espero encontraros a mi lado y no en frente", ha remachado Vega.

En un comunicado hecho público justo después de la sesión de investidura, la ejecutiva nacional de Junts se ha desmarcado, asegurando que "no comparten la decisión de los concejales de no impedir el acceso a la alcaldía de la candidata de Aliança Catalana, porque trasciende Ripoll".

La candidata de Junts, Manoli Vega, ha mantenido la candidatura y ha frustrado la mayoría alternativa. Foto: Eva Parey

Discurso islamófobo de Orriols

La candidata de la extrema derecha de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, ha denunciado que la oposición ha hecho un "triste papel" y que "han hecho lo imposible para impedir que pueda gobernar". Y ha pronunciado un discurso xenófobo antes de la votación del futuro alcalde: "Nos han votado porque están hartos de los privilegios a una asociación que hacía llamamientos a matar infieles. Estamos hartos de peleas nocturnas y tráfico de drogas. En nuestras calles ya hay más mujeres con el pelo tapado que en el aire". De hecho, en atención a los medios de comunicación ya investida, Orriols ha dejado claro que su "prioridad" es "clausurar" la mezquita de donde salió la célula yihadista del 17-A También ha interpelado el resto de fuerzas independentistas, que "ya no recuerdan los porrazos del 1-O". Ha prometido que Ripoll "no tendrá un gobierno de extrema derecha", sino "responsable y valiente" y ha proclamado que la capital del Ripollès es "la cuna y la esperanza de Catalunya". Sin ir más lejos, se ha postulado para llevar Aliança Catalana al Parlamento en las próximas elecciones catalanas.


Concentración en las puertas

Tal como se había convocado desde los últimos días, una cincuentena de vecinos, de todas las edades y procedencias, se han concentrado de forma pacífica delante del Ayuntamiento de Ripoll para protestar bajo la pancarta "Contra el racismo y la intolerancia, todas somos ripolleses". Dos horas antes, la plaza del consistorio ya estaba blindada con vallas y agentes de los Mossos d'Esquadra (incluyendo la BRIMO) y de la Policía Local. Los manifestantes han abucheado a Sílvia Orriols, que se ha paseado por las calles del centro de la villa hasta la sede de Aliança Catalana. También han gritado contra Manoli Vega, de Junts. En cambio, los concejales de izquierdas, especialmente Chantal Pérez (ERC), han sido recibidos con aplausos.

Plaza del Ayuntamiento de Ripoll tras el pleno de investidura. Foto: Eva Parey

También se han concentrado simpatizantes de Aliança Catalana, que no paraban de blasfemar contra los "partidos botiflers borbónicos" de la oposición. "No criticamos a la buena gente, criticamos a los terroristas", decía un señor de edad avanzada. Y advertía que el movimiento irá más allá de la capital del Ripollès: "Ahora salvaremos Catalunya".