Contra todo pronóstico, la Fiscalía no ha presentado ningún recurso al tercer grado. Todo llevaba a pensar que los presos políticos que salieron de la prisión el primer día de campaña electoral en este régimen penitenciario no tardarían mucho en volver a entrar ante un nuevo recurso de la Fiscalía. Pero a 48 horas para acabar la campaña, el ministerio público no ha presentado ningún recurso y todo hace pensar que ya no lo hará.
El 28 de enero, a un día del inicio de la campaña por el 14-F, el equipo del Servei de Classificació de la Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima resolvió en tercer grado las clasificaciones de los presos políticos.
El tercer grado se puede recurrir. De hecho, ya pasó la otra vez y el Tribunal Supremo lo derogó y los presos volvieron a la prisión.
Todo estaba previsto por si llegaba el recurso en medio de la campaña. Los presos tenían otra carta: los permisos. Todos han cumplido un cuarto de la pena, cosa que, añadida al tercer grado, hace que dispongan de 48 permisos al año que se los pueden distribuir como quieran. Y en medio de la carrera electoral, habrían podido utilizar esta opción. Pero eso no ha pasado.
La Fiscalía no ha querido entrar en campaña, ahorrando así, por una parte, su protagonismo y un factor más de debate electoral y evitando una estrategia política, que si bien es cierto que habría ido en contra de los intereses de los presos, que habrían visto, de nuevo, disminuidos sus derechos penitenciarios y de reinserción, también habrían podido jugar con fuerza la represión que nuevamente les caía encima y en medio de una carrera electoral.
Había reacciones previstas a nivel social si eso pasaba. Pero eso no ha pasado y ya no se espera que pase.
El silencio de la Fiscalía
La Fiscalía no da pistas.
Ni tan sólo de cuál será la fiscalía que presente el recurso si eso acaba pasando después de las elecciones del domingo. Y es que aunque es el fiscal de Vigilancia Penitenciaria el que tendría que presentar el recurso, no se puede descartar que acabe siendo la Fiscalía del Tribunal Supremo quien lo haga, como un mecanismo más para acelerar el proceso.
De hecho, una vez se agoten todos los trámites, el recurso puede caer sobre la mesa del Tribunal Supremo y del tribunal que condenó a los presos políticos, como ya pasó ahora hace 6 meses.
Presos, exiliados e inhabilitados, en campaña
Todos los presos han participado en la campaña. No ha sido la primera vez. Ya lo hicieron en 2017 cuando se convocaron las elecciones después del 155.
La diferencia, sin embargo, es que no estaban condenados, por lo tanto, no estaban inhabilitados, y todos menos Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart estaban en libertad provisional. Los dejaron libres, de hecho, la misma tarde que empezaba la campaña electoral y alguno de ellos irrumpió en el mitin que abría la carrera electoral de su partido. Carles Mundó, por ejemplo, llegó directo de Madrid al mitin con Marta Rovira.
Ahora la situación ha cambiado. Ya están condenados, por lo tanto, tienen una inhabilitación que no les permite concurrir a las elecciones. Pero eso no les impide participar en actos y pedir el voto.
También ha entrado en campaña el president inhabilidado Quim Torra, que ha irrumpido en el ecuador de la carrera electoral con su participación en los mítines de Junts per Catalunya.