Yasine Kanjaa, el joven que ha asesinado a un sacristán y ha dejado heridas a cuatro otras personas en Algeciras, estaba bajo vigilancia de la Policía Nacional desde hacía cuatro días. El chico se había instalado en esta ciudad de Cádiz el verano del 2022 y escogió para vivir un barrio conflictivo del municipio, cosa que siempre había llamado la atención de los agentes. Además, tenía una actitud muy esquiva, se ocultaba adelante la presencia de la policía y les dedicaba miradas agresivas cuando las patrullas entraban a su zona, marcada por el tráfico de drogas, explotación sexual e inmigración ilegal según ha publicado el diario El Mundo a través de fuentes de la investigación.
De hecho, este hombre nacido en Marruecos estaba en situación irregular en España: la policía lo detuvo en junio y comprobó que no tenía la documentación necesaria, por eso estaba pendiente de ser expulsado a su país. Este tipo de procesos son largos y muchas veces no se acaban ni produciendo. Con todo, Kanjaa no tenía antecedentes delictivos, y por eso la acción de los agentes no podía ir más allá de vigilarlo, una observación que se había intensificado en los últimos cuatro días.
Uno "inestable" autorradicalizado, según la policía
No consta tampoco que la Comisaría General de Información, quién se encarga de la guerra contra el terrorismo, lo tuvieran bajo su radar como un elemento muy peligroso por la seguridad. Los primeros pasos de la investigación del ataque, por como se desarrolló, hace pensar a la policía que el arrestado actuaba sol y que podría tratarse de uno "inestable", tal como se conoce este tipo de atacantes en el argot policial: una persona autorradicalizada que finamente da el paso y comete un atentado terrorista de poca logística. Cogió un arma blanca, un machete, y entró en varios emplazamientos religiosos con intención de hacer daño. Tampoco se descarta que pueda ser un lobo solitario. Otro tipo de terrorista. Recibe instrucciones externas, que marca objetivos y que lo mantiene durmiente hasta que, de manera organizada, se lo activa con el fin de actuar. Ahora mismo, sin embargo, no hay ningún indicio que haga pensar en esta dirección y la posibilidad de que sea uno "inestable" autorradicalizado es la que tiene más fuerza en la inteligencia española.
Este miércoles por la tarde, Kanjaa ha irrumpido en dos iglesias de la ciudad, matando a un sacristán y dejando heridas cuatro personas más, entre las cuales un mosén en estado grave. El joven los ha atacado con un machete en que ha sido un ataque de terrorismo yihadista, tal como lo ha ratificado la Audiencia Nacional. El agresor fue primero a la capilla de San Isidro, en un barrio popular de Algeciras, donde se puso a discutir con el rector, Antonio Lucena, clavó a este una puñalada con el machete y lo ha dejado malherido. Posteriormente, se trasladó a la iglesia de la Virgen de la Palma y allí asesinó al sacristán, Diego Valencia. El religioso lo había intentado tranquilizar, pero sus palabras tuvieron el efecto contrario y lo apuñaló por primera vez. Con todo, Valencia salió del templo, pero Kanjaa lo cogió y lo volvió a apuñalar, mortalmente, en las escaleras que dan a la plaza Alta.
La Audiencia Nacional lo investiga como terrorismo
Según informaron algunos medios de comunicación, el atacante se puso a rezar después de perpetrar los ataques y llamaba "Alá es el más grande" en todo momento. Minutos después, fue detenido por la policía, que comprobó que no tenía antecedentes penales. En este momento no dijo ni una sola palabra, solo, según El Mundo, sonrió. Se espera que durante este jueves, el joven sea trasladado Madrid. El alcalde de Algeciras ha decretado un día de duelo en la ciudad y durante este jueves se ha convocado una concentración de rechazo a las doce del mediodía delante de la iglesia donde ha muerto Valencia. Este sacristán tenía 65 años, estaba casado con hijos y tenía una floristería. Los investigadores de la Policía Nacional han encontrado unos pendrives con contenido yihadista en el registro de la vivienda del detenido por el ataque mortal de este miércoles en Algeciras (Cádiz), un hombre al que el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea relaciona con el salafismo yihadista, según avanzó El País.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (PP), ha calificado lo que ha pasado de "terrible y desgarrador" y ha condenado el ataque, a la vez que ha pedido "prudencia" indicando que "se están investigando los hechos". "La intolerancia nunca tendrá cabida a nuestra sociedad", ha añadido a Twitter.