Después de la retirada definitiva del escaño al exdiputado de la CUP Pau Juvillà, el ruido se ha extendido por la Cámara catalana. El independentismo ha quedado malherido por culpa de la represión del Estado, que ha decidido que Juvillà no puede ser diputado por el simple hecho de haber mantenido unos lazos amarillos en la Paeria de Lleida cuando era concejal. Más allá de todo, el lunes la presidenta del Parlament, Laura Borràs, aseguró en una entrevista en Rac1 que si no se ha desobedecido es porque ERC y la CUP no quisieron aceptar una estrategia de "desobediencia colectiva" que la presidenta les trasladó. En la entrevista, Borràs manifestó que no quería entrar en los detalles de esta propuesta, que durante la jornada del lunes y martes tanto ERC como la CUP reprocharon porque no ofrecía concreciones. ¿Cuál era la propuesta, sin embargo, de Laura Borràs?

Según ha podido saber ElNacional.cat, la presidenta de la Cámara proponía mantener la desobediencia a cualquier futura inhabilitación: "Todos los grupos se comprometen a no cubrir eventualmente vacantes por inhabilitación, sin perjuicio del derecho de los diputados de renunciar voluntariamente a su escaño," recoge el documento de la presidenta entregó a los grupos. Además, propuso que el Govern de la Generalitat se comprometiera a "obedecer al Parlament incluso en contra de resoluciones judiciales o administrativas". Todo ello, sin más concreciones.

En el texto, la propuesta de la presidenta no hace mención a desobedecer la sentencia del 25% de castellano en las aulas, como se había especulado hasta ahora. Sí dice, en cambio, que propone que los argumentos anteriormente escritos se materialicen a través de una propuesta de resolución que se tendría que aprobar en un pleno, que la Mesa del Parlament admitiría previamente a trámite: "Compromiso público y firmado de las tres formaciones de respetar los anteriores puntos. Para dotarlo de más solemnidad se llevará al pleno en forma de propuesta de resolución. La mayoría independentista de la Mesa lo admitirá a trámite", reza literalmente el breve texto.

Todo eso llega después de un día de actividad parlamentaria, o almenos, extraño. Este martes Juvillà ya no ocupaba su escaño en el Parlament, y durante la mañana en una entrevista en Catalunya Ràdio pedía al independentismo no entrar en una guerra de reproches: "Si la culpa la tiene que tener alguien, ya la asumo yo", aseguró el ahora exdiputado, que horas más tarde compareció en el Parlament acompañado de todos los diputados anticapitalistas, que exigieron hacer boicot al Estado: "Ni vías mágicas ni mesas de monólogo".

Según explican fuentes parlamentarias a ElNacional.cat, Borràs presentó esta propuesta asegurando a los grupos independentistas que tenían 24 horas para aceptarla, sin explicar ninguna hoja de ruta para concretarla. ERC y la CUP consideraron que era un plan acordado "in extremis" y sin sentido, viéndose abogados a aceptar una propuesta de la cual no tenían detalles concretos. La propuesta la propuso, según las mismas fuentes, Borràs durante un encuentro el sábado 22, antes de reunirse una semana después con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en Manresa el sábado 29 de febrero. Allí le habría comunicado verbalmente su estrategia.