Final de trayecto. La secretaria general del Parlament, Esther Andreu, ha comunicado esta tarde al hasta ahora diputado de la CUP y secretario tercero de la Mesa, Pau Juvillà, que el acta que ocupaba hasta ahora ha quedado vacante. Del mismo modo, Andreu ha enviado un escrito a la Junta Electoral Central y ha avisado a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, de esta decisión. El movimiento, avanzado por la ACN, ha tenido como objetivo dar por cerrado el episodio del escaño de Juvillà, que esta semana había cogido impulso.
Era un paso previsible. Esta misma mañana el Boletín Oficial del Parlament ya había publicado la baja del anticapitalista, aunque fuentes parlamentarias explicaban a los medios que la medida tenía carácter retroactivo desde el 28 de enero. La página web de la cámara, de hecho, lo anunciaba así. La historia del acta de Pau Juvillà, pues, queda prácticamente cerrada, y solo queda por resolver un último capítulo: saber cuándo se hará efectiva la sustitución de la secretaría tercera de la Mesa, ahora que ha quedado vacía.
La semana del Parlament ha sido marcada, sin duda, por la confusión. Ayer mismo se aprobaba en la cámara catalana un dictamen que acordaba preservar su escaño, en un pleno en el que el diputado de la CUP no fue convocado. De hecho, la petición de delegación de voto que había realizado la formación anticapitalista tampoco fue aceptada por la presidenta del Parlament. Toda la situación ha causado muchas críticas y exigencias sobre Laura Borràs; pero también contra la CUP por parte de Junts, que critican que los anticapitalistas la querían enviar a la "papelera de la historia". En medio de reproches y exigencias, el protagonista ha pedido no repartir culpas y recordar quién es el adversario: el estado español. De hecho, así se ha referido el mismo Juvillà en un hilo de Twitter: "Nuestro oponente es quien inhabilita a un presidente por poner una pancarta, quien acusa a la Mesa del Parlament por permitir el debate o quien encarcela a gente por poner urnas. Quien nos niega nuestro derecho a decidir libremente nuestro futuro. Ni más ni menos", ha avisado.
Dictamen y pleno innecesarios
Todo este proceso empezó hace un mes y medio, cuando el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya condenó a Pau Juvillà a seis meses de inhabilitación por no haber retirado lazos amarillos de su despacho de la Paeria de Lleida cuando era concejal, una sentencia que después fue ratificada por la Junta Electoral Central, cuando el órgano administrativo dio a Borràs cinco días hábiles para retirar el escaño de Juvillà. Para mostrar su disconformidad con todo, los partidos independentistas, con el apoyo de los comuns, elaboraron un dictamen que amparaba a Juvillà hasta que la sentencia fuera firme. El pleno del jueves tenía que servir para aprobar este documento y dar apoyo al cupaire hasta el final, una apuesta que se ha demostrado fracasada con el comunicado de la secretaria general del Parlament.