La toma de posesión del 132 president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha reunido bajo la minúscula sombra de los naranjos del Palau a unos compañeros de tarde poco habituales. Entre el expresident Quim Torra y la presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha seguido el acto desde la primera fila el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta. Detrás de ellos, entre el escaso público que ha ocupado el patio, tres de los presos políticos de Lledoners: el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart; el presidente de ERC, Oriol Junqueras; y el secretario general de Junts, Jordi Sànchez.
Los presentes han podido observar en directo como Torra colgaba finalmente en el cuello de Aragonès la medalla de president de la Generalitat que quedó encima de la mesa en la anterior toma de posesión, en un gesto simbólico después de que Puigdemont había sido apartado del cargo por el artículo 155.
No obstante, algunos de los momentos más esperado por fotógrafos han sido los de los saludos y las despedidas.
Entre estos la conversación de Iceta con Aragonès, y el "tenemos que hablar" con el que se ha despedido el ministro, pero sobre todo, el encuentro del dirigente del PSC con los presos políticos de Lledoners.
Todos los ojos se han concentrado en el frío saludo del ministro socialista con Junqueras y el encuentro con el resto de presos políticos. Testigos de la conversación entre Iceta y el líder republicano aseguran que se ha limitado a un intercambio de saludos y un tópico "cómo va?" al cual Junqueras habría respondido gélido: "tu seguro que mucho mejor que yo".
Ha habido también una breve conversación del dirigente socialista con Sànchez y una con Cuixart que, como a buena parte de los presentes, le ha dedicado un cálido abrazo. Iceta ha intercambiado también un abrazo con el presidente del consell nacional de ERC, Josep Maria Jové, pendiente de juicio por su participación en el 1-O.
El ministro iba acompañado de la vicepresidenta del Parlament, Eva Granados, y el presidente del grupo parlamentario socialista, Salvador Illa. Con ellos ha conversado un rato la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Todos ellos se han marchado después de los saludos de rigor.
En el Pati dels Tarongers, presidido por un atril de roble y sillas de fibra de coco, han quedado al acabar la toma de posesión la familia del president, la pequeña Clàudia saltando feliz e indiferente a la trascendencia del acto que acababa de vivir, los consellers del último Govern, agotando los últimos momentos antes de ser definitivamente destituidos, y parte de sus equipos.
También ha agotado hasta el último instante en el Palau Jordi Sànchez, antes de volver a Lledoners, conversando con Elsa Artadi y Josep Rius, intentando desmentir con la gesticulación las diferencias internas por el acuerdo entre el secretario general de Junts y la portavoz del partido. Mientras los todavía consellers en funciones Jordi Puigneró i Damià Calvet abandonaban junto el patio, después de que el primero será lo único de los consellers de Junts que seguirá en el Govern y asumirá la cartera que hasta ahora tenía Calvet.