El presidente de Aragón, el barón socialista Javier Lambán, montó en cólera después que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, anunciara que había enviado una carta al presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, a fin de que Catalunya, con la candidatura Pirineus-Barcelona 2030, pueda acoger los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de invierno de aquel año.

Tanto es así que el gobierno aragonés, que hasta ahora formaba parte de la candidatura conjunta, ha anunciado su ruptura con el proyecto hasta que el mismo presidente del COE garantice que ambas autonomías participan en igualdad.

El Ejecutivo aragonés cree que esta situación de paridad no está contemplada en la carta de Aragonès en el COE, donde formaliza el interés del Govern para alojar esta cita olímpica bajo el nombre de 'Pirineos-Barcelona', sin mencionar la participación de la comunidad vecina.

Y se podría decir que llueve sobre mojado, ya que fuentes del Ejecutivo aragonés han informado de que la confianza de Lambán en el Gobierno catalán es inexistente, vista la "deslealtad" mostrada por este hacia el Comité Olímpico, que es el organismo que, "con mucho acierto", ha liderado hasta ahora la posible candidatura y lo que "necesariamente" tiene que seguir haciéndolo si sigue adelante.

Derrota tras derrota

Salir de la candidatura supone un golpe duro para Aragón. Y es que esta comunidad autónoma hace décadas que intenta alojar unos Juegos Olímpicos de invierno, con el municipio de Jaca como punta de lanza y el dominio esquiable de los Pirineos aragoneses.

El último intento de Aragón para optar a unos Juegos Olímpicos de invierno se produjo hace diez años. En aquel momento la voz cantante la llevó el entonces alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch. La idea no cuajó, pero sirvió para poner en evidencia la tensa competencia entre Aragón y Catalunya por sus aspiraciones olímpicas.

Y es que ya en aquel momento, la Barcelona de Jordi Hereu presentó candidatura para el 2022 tres meses después de que se presentara la aragonesa. Desde la autonomía que ahora preside Lambán se criticó el proyecto catalán, aunque ambos alcaldes eran socialistas. Belloch llegó a decir que Hereu "no estaba invitado" a la capital aragonesa y el catalán respondió que "Barcelona no tiene que pedir permiso a nadie".

Curiosamente, estas discrepancias acabaron abriendo otras. Ya que cinco años después, Ada Colau dio carpeta al tema, y ahora que ha sido reimpulsado por Aragonès, los socialistas se han apresurado a dar su apoyo, a pesar de compartir el gobierno municipal con los mismos comuns.

 

Imagen principal: el presidente de Aragón, Javier Lambán / Foto: Efe