Han sido sólo unos instantes. Demasiado largos en opinión del presidente de la sala, Manuel Marchena, que antes de empezar ya pedía si la grabación era muy larga y a penas empezar preguntaba si faltaba mucho para acabar. Pero las imágenes de las cargas policiales han irrumpido este jueves en la sala de plenos del Supremo. Han tenido que entrar con calzador, a petición de Jordi Pina, abogado de Jordi Sànchez.
Eran las imágenes de las escaleras del IES Pau Claris. Se han proyectado hasta el momento en que un agente salta encima de una de las personas que están al suelo. En la sala se ha producido un instante de silencio, esperando alguna reacción. "¿Era esta la violencia a la cual usted se refería?", le ha pedido al abogado a Sànchez. "Sí, era esta".
No ha sido el único vídeo que se ha proyectado hoy, pero tampoco harán falta las palomitas. Marchena ha dejado claro que se proyectarán todos los vídeos que haga falta pero sólo los que haga falta.
De hecho, el presidente de la sala había perdido la paciencia ante las imágenes que se habían proyectado previamente a petición de la defensa de Jordi Cuixart donde aparecía una manifestación festiva el 20-S en el departamento de Economía con un pasillo organizado por los servicio de orden. Todo muy alejados de la violencia o el levantamiento tumultuario que invocan las acusaciones. Marchena ha considerado que no hacía falta. "Pero lo hemos visto con sumo agrado", ha añadido. Las formas, siempre extraordinariamente correctas, no hacen que las collejas sean menos ruidosas.
Las imágenes del 20-S han dado pie a un momento con un cierto punto de surrealismo cuando el abogado ha pedido a Sànchez que explicara qué significa la canción del Passiu bé de la Trinca que cantaban los manifestantes. Hasta el elemento más insignificante sirve para desmontar el argumento de la violencia. También las imágenes del cordón de seguridad de la ANC, integrado por personas maduras. "Vemos que la media de edad tampoco es muy baja", ha soltado al abogado, mientras Sànchez ha remachado: "Los famosos jubilados de la Asamblea que hacen una espléndida labor".
Todo ello ha formado parte del tramo distendido de la sesión. El último de una declaración que ha empezado a las once y media y ha acabado a las seis y media después de una pausa de dos horas para comer.
El interrogatorio de la fiscalía conducido con contundencia por Javier Zaragoza ha sido muy intenso. Sánchez se ha abocado sin ambages a denunciar las debilidades i incorreciones de las acusaciones y los repetidos encontronazos con el fiscal Javier Zaragoza, han obligado a Marchena a poner orden en numerosas ocasiones.
De hecho, en medio de la escaramuza el mismo Marchena ha acabado recibiendo, cuando el fiscal ha intentado inculpar a Sànchez a raíz de un mensaje que recibió de un tal Xabi Strubell, al cual asegura desconocer. "No quiero ser impertinente, pero hay whatsapps que han comprometido la dignidad y el buen nombre del presidente de esta sala y son evidentes, por lo que él ha dicho, que no sabía nada," ha argumentado Sànchez en referencia a los whatsapp que el popular Ignacio Cosidó escribió sobre Marchena y que le costaron la presidencia del CGPJ.
Este jueves se ha trasladado a Madrid para seguir la sesión el president, Quim Torra, con las conselleres Laura Borràs y Ester Capella. En nombre del Parlament ha acudido la portavoz de los comuns, Jéssica Albiach, y el cupaire Carles Riera. La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, lo ha seguido entre el público. También se ha trasladado a Madrid el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, sin embargo, en contra de lo que estaba previsto, hoy todavía no ha llegado el turno de Jordi Cuixart. Tampoco el de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Quedarán para el próximo martes a las nueve y media.