La semana horribilis que han vivido los socios del Govern culmina con una nueva y controvertida afirmación pública. La de la consellera de la Presidència, de JxCat, asegurando esta mañana en Ràdio4 que no puede garantizar que las elecciones previstas para el 14 de febrero puedan celebrarse.
"No sé si se podrán celebrar o no, estas elecciones", ha respondido la consellera a Gemma Nierga. Meritxell Budó condiciona la cita electoral a que su ejecutivo encuentre los mecanismos y protocolos adecuados para "garantizar el derecho al voto a todo el mundo y el acceso a la información y preservación de la salud y la higiene", no sólo de los que van a votar, sino también de los que estén destinados en los colegios electorales.
Las elecciones son el resultado de la inhabilitación del president Quim Torra, que se materializó el pasado mes de septiembre. La intención inicial de Torra, antes de la irrupción de la pandemia, era convocarlas en primavera, una vez hubiera garantizado la aprobación de los presupuestos. La llegada del coronavirus, sin embargo, alteró los planes.
La tregua con ERC
Las declaraciones de la máxima responsable de JxCat en el Govern de la Generalitat llegan al día siguiente de que compartiera atril con el vicepresident Pere Aragonès en la presentación del polémico plan de desescalada. Un proyecto de reapertura a dos meses vista que ha motivado un nuevo enfrentamiento público entre ERC y JxCat.
Budó se ha referido a la bronca, y ha reconocido que la enésima discusión "no ha dado buena imagen", que en un contexto tan duro y grave como el actual, "las formas son importantes". Y ha añadido que todos los miembros del gobierno deben trabajar "para evitar" que se repita un espectáculo como el de esta semana.
Como ya afirmó hace unas horas desde las filas de ERC Pere Aragonès, la consellera ha garantizado que la situación se ha podido reconducir y que todas las partes se han comprometido a "que no vuelva a pasar".