La negociación con el PSOE en Bruselas no ha sido fácil. La cúpula de Junts se reunió dos veces en la capital belga -el jueves de la pasada semana y el lunes- sin conseguir cerrar el acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez. La ley de amnistía, y la exigencia de Junts que incluya el lawfare, ha complicado la negociación y en algunos momentos ha parecido que amenazaba con hacerla descarrilar. Finalmente, el partido de Carles Puigdemont dio luz verde al pacto este jueves, tras cinco días de intercambio de propuestas. La presidenta de Junts, Laura Borràs (Barcelona, 1975), ha sido uno de los cuatro rostros de aquella negociación en nombre de la formación independentista, junto con Carles Puigdemont, el secretario general, Jordi Turull, y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras. Durante estas jornadas, sus entradas y salidas de los despachos y por los pasillos de la Eurocámara eran casi la única imagen de unas negociaciones intensas y con una evolución tan inesperada que incluso ha obligado a sus protagonistas a recurrir a tiendas belgas para abastecerse de ropa de repuesto. Borràs analiza en una entrevista con ElNacional.cat, el acuerdo finalmente alcanzado con el PSOE.
¿Qué les diría a los votantes de Junts que no acaban de entender que durante la campaña electoral les prometieran que no investirían a Pedro Sánchez y ahora, en cambio, acaban de cerrar un acuerdo para investirlo?
Lo que hemos dicho siempre es que no damos nuestros votos a cambio de nada, y la frase es del mismo Pedro Sánchez. Junts está en política para conseguir que nuestra fuerza se traduzca en acciones que nos permitan llegar al objetivo por el cual votamos el 1 de octubre, que es un país más próspero, más justo, con más oportunidades para todo el mundo y, por lo tanto, un país libre. Lo que no podemos hacer es dejar que la fuerza de la gente, transformada en votos, no sirva para nada. Hacer política quiere decir negociación. Hacer política quiere decir hacer uso de aquella fuerza que tienes para forzar al otro a negociar. Eso es lo que estamos haciendo: haciendo valer su voto, no dándolo por descontado, no regalándolo a cambio de nada.
No podemos dejar que la fuerza de la gente, transformada en votos, no sirva para nada. Hacer política quiere decir negociación, usar la fuerza que tienes para forzar al otro a negociar
¿Entiende que haya críticas a este acuerdo, algunas de las cuales de personas que habían estado en la dirección de Junts y próximas a usted?
Yo lo que entiendo es la desconfianza y el escepticismo, porque es compartido. Entiendo la sensación de máxima prevención ante una negociación con un interlocutor, que es el PSOE, que cuando ha estado en el gobierno del Estado español ha incumplido muchas de las cuestiones que ha planteado. Es por eso que hacer una negociación al más alto nivel, como ha sido esta, requiere de todas estas precauciones, de garantías, con un mediador internacional. El president Puigdemont insiste mucho en hablar de un mecanismo de verificación internacional que tiene cuatro patas, que tendrá unas reuniones calendarizadas ya desde ahora, mensualmente, y que tendrán lugar fuera del Estado español y servirán de mecanismo de garantía para ver si este acuerdo avanza o no avanza.
Cuatro verificadores?
Cuatro verificadores.
¿Con qué perfil?
Son personas del más alto nivel, que ofrecen una garantía en el ámbito en el cual están haciendo este asesoramiento y esta verificación. Necesitan poder trabajar con toda la confortabilidad. Estamos viendo qué reacciones está generando ya la ley de amnistía: nadie la ha visto, nadie la ha leído y no se ha registrado y ya tenemos de manera preventiva posicionamientos, manifiestos, manifestaciones... Pues imaginemos la presión que estaría depositada en este mecanismo. Por lo tanto, descargamos la presión.
No se sabrá quiénes son los cuatro verificadores. Uno actuará de coordinador y sí que será conocido, pero no el resto
Por lo tanto, ¿no sabremos quiénes son los verificadores?
En estos momentos, no sabremos quiénes son, y lo que haremos es que haya una persona de estas cuatro que actúe de coordinador. Y esta identidad sí que será conocida, pero no el resto.
¿Podemos saber ahora quién será este coordinador?
No.
¿Cada mes se hará la reunión en el mismo lugar o en sitios diferentes?
Eso se verá ante la casuística. En principio tendrá lugar ya a finales de este mismo mes de noviembre y, por lo tanto, veremos si la logística tiene que cambiar también como medida de protección ante estas expectativas que se hayan generado.
El PSOE se ha movido en el reconocimiento de cosas que hace tres meses parecía imposible. Por necesidad, no por convicción
¿Siempre serán discretas o secretas las reuniones?
Hemos utilizado la técnica del apagón comunicativo para preservar, para tratar de hacer que no descarrilara esta negociación, porque nos lo hemos tomado de una manera muy seria y rigurosa. La ha encabezado el president Puigdemont de una manera muy clara. Ahora empieza una nueva etapa en la que se sigue trabajando y que ha provocado un giro —que yo digo un giro copernicano— porque el PSOE se ha movido en el reconocimiento de determinadas cosas que tres meses antes (ya no hablamos ni de un año, ni de tres ni de seis, sino tres meses antes) parecía imposible que estuviera asumiendo, y lo está haciendo. Sabemos que lo hace por necesidad, no lo hace por convicción. Por eso, hace falta que todos tomemos nuestras precauciones y nosotros lo hemos hecho por la vía del silencio. Y ahora, en este mecanismo de verificación internacional, también mantenemos el silencio para permitir que pueda hacer el mejor trabajo posible.
¿Participarán las mismas personas en todas las reuniones?
Eso se irá viendo. De lo que se trata, al final, es de poder trabajar, trabajar fuera del foco, ofreciendo resultados y que todas las personas expertas que puedan aportar cosas ayuden a llegar a un buen puerto y puedan participar.
Ante el no constante del Estado, podría ser que la unilateralidad sea avalada incluso por un observador internacional
En el acuerdo con el PSOE, de cuatro páginas, lo que se explicita es que en el primer encuentro, lo que planteará Junts será la celebración de un referéndum de autodeterminación por la vía del artículo 92 de la Constitución. Por su parte, el PSOE dice que pondrá encima de la mesa el desarrollo del Estatut del 2006. Visto con perspectiva, ¿es posible llegar a un punto intermedio?
Esta tercera parte que se incorporará al debate [el verificador] tendrá que ver qué elementos ofrece el Estado para resolver el conflicto político. Porque los catalanes llegamos con el trabajo hecho. Tendremos que ver cuál será la justificación del gobierno del Estado, que aquí dice que considera que hay otros mecanismos de acuerdo. Un tercero quizás se encontrará con la situación de tener que decir: oiga, estos señores han hecho todo lo que tocaba. Lo han hecho durante muchos años, de manera democrática, de manera refrendada con la ciudadanía. ¿Qué se han encontrado? Un no constante. Por lo tanto, podría ser que la unilateralidad que nosotros reivindicamos sea avalada incluso por un observador internacional. Eso es lo que se tendrá que ver, los argumentos de cada parte con un verificador internacional.
Entre las críticas que se han hecho al acuerdo firmado con el PSOE se ha reprochado que no quedan delimitados los puntos pactados. Por qué se ha hecho así?
Sí. Hay gente que acusa a este acuerdo de falta de concreción, que no hay un listado de cosas que se han conseguido. Os sorprenderíais de la cantidad de sectores profesionales que nos han hecho llegar reivindicaciones con el Estado, que piensan que ahora pueden encontrar una vía de incorporación. No se trataba tanto de ir listando un conjunto de medidas como de abrir estas diversas carpetas, trabajar a fondo y preservando al máximo la información.
¿Junts ha comprometido con este acuerdo de investidura también su voto para los presupuestos?
En absoluto. Habrá los votos de los diputados de Junts para la investidura. El resto de la legislatura vendrá determinado por el avance en nuestras reivindicaciones. Lo que nosotros haremos es, en cada momento, tener cláusulas de condicionalidad o de temporalidad. Pongo el ejemplo del catalán, porque el tema de la oficialidad del catalán en Europa fue una de las cuestiones que nosotros pusimos encima de la mesa cuando hubo la constitución de la Mesa del Congreso: eso tiene una calendarización que, en este caso, viene marcada por Europa, pero nosotros nos fijaremos una fecha límite. A partir de ese momento, replantearemos nuestros votos. Igualmente en cualquiera de las cuestiones.
El acuerdo no prevé en absoluto el apoyo a los presupuestos. Vendrá determinado por los avances, que tendremos calendarizados
¿Estos calendarios están pactados con el PSOE?
Esta es una herramienta de trabajo nuestra, que nosotros aportaremos en el mecanismo de verificación, pero es la manera de gestionar esta temporalidad y condicionalidad que decía. Es decir, que no son unos votos que puedan dar por descontado para toda la legislatura. La legislatura vendrá determinada a partir de los avances en el mecanismo de verificación y, por lo tanto, nosotros, que hemos pactado esta calendarización mensual, llegaremos con determinadas propuestas.
¿Tienen más temas calendarizados?
Hemos trabajado algunos de los que han ido saliendo, efectivamente. Por ejemplo, era muy importante para nosotros la cuestión de la eliminación de la consideración de terrorismo y la directiva de inteligencia del Estado, y eso ya ha sido corregido antes de firmar este acuerdo.
Antes de la votación de la investidura, ¿que otros temas han de quedar cerrados?
Las cosas que no han quedado todavía cerradas, como la ley de amnistía, todavía se están ultimando. Seguiremos manteniendo el silencio para que no se puedan producir filtraciones que tienen consecuencias de carácter judicial. Estamos viendo que hay un ruido de togas en este país y, por lo tanto, no hace falta que les demos pistas.
Por defender la unidad del Estado llegarán a cuestionar la base del estado de derecho y los principios democráticos esenciales
¿Cómo puede entrar el lawfare en la ley de amnistía?
Los especialistas están trabajando para que quede recogido de la manera tecnicojurídica que lo permita reconocer. El discurso del PSOE este tiempo ha sido el de pasar página, decir que esto era un conflicto entre catalanes y que ya ha acabado. Mire, de momento todavía no tenemos más que un acuerdo firmado y el conflicto ya parece que es entre españoles. Ha dejado de ser entre catalanes y ahora el conflicto es entre españoles. Porque lo que hemos puesto encima de la mesa es lo que hemos estado diciendo durante todo este tiempo: para querer defender la unidad del Estado llegarán a cuestionar la base del Estado de derecho y los principios democráticos esenciales. Y eso es lo que estamos viendo con lo que está pasando en las calles. Eso que está pasando allí, aquí ha comportado imputaciones de terrorismo. Lo que está teniendo lugar solo con un acuerdo está resultando más desestabilizador para el Estado que cualquier otra cosa.
¿Su caso entrará en esta ley de amnistía?
No hemos hablado de casos personales. El president ha negociado como president en el exilio, el pacto se ha cerrado en Bruselas, no en Barcelona ni en Madrid, porque está en un exilio a consecuencia de todas estas acciones que ha llevado a cabo en el Estado. Él era el president legítimo y se disolvió el Parlament. A veces se dice que los símbolos no son importantes, pues creo que es importante la dimensión simbólica de todo esto porque es una corrección absoluta. Ahora hay mucha gente que habla de renuncias: nosotros no hemos renunciado a nada. El PSOE ha renunciado a muchos de los principios que ha hecho valer a lo largo de estos años.
Nosotros no hemos renunciado a nada. El PSOE ha renunciado a muchos de los principios que ha hecho valer a lo largo de estos años
Pero aunque no hable de nombres, ¿usted puede entrar en esta amnistía?
Nunca he buscado soluciones personales, entre otras cosas, porque cuando se me han ofrecido las ha rechazado. Yo he tenido un juicio sin garantías, donde si yo hubiera querido llegar a acuerdos habría podido hacerlo. No se trata de hablar de situaciones personales, se trata de reparar todo aquello que se ha sufrido y el lawfare es uno de estos aspectos. ¿Yo la he sufrido? Sí. ¿El lawfare tiene que entrar en la amnistía para que sea omnicomprensiva y reparadora? También.
Ha dicho que, cuando se le ha ofrecido, lo ha rechazado. A qué se refiere?
He tenido un juicio sin garantías, pero ha habido otras personas en mi juicio que han llegado a pactos.
Nunca he buscado soluciones personales. Cuando se me han ofrecido, las he rechazado
Esquerra Republicana ahora les dice que bienvenidos a la vía de la negociación. ¿Cómo lo interpretan?
Bien, no entraré en la manera en la que cada uno decide negociar. Hacer política es negociar. Se tiene que pasar de un diálogo que está vacío a una negociación que sea plena.
Se tiene que pasar de un diálogo que está vacío a una negociación que sea plena
El president Puigdemont dijo que se ha acabado aquello del a cambio de nada. Es una crítica a Esquerra, ¿no?
El president Puigdemont habla muy claro. Esta formulación del a cambio de nada la dijo Pedro Sánchez agradeciendo los votos en la investidura de 2019 en la que nosotros votamos no.
¿Puigdemont podrá volver a Catalunya con la amnistía?
Hemos trabajado para que se repare esta represión. El exilio ha sido una de sus muestras, que todavía es visible. Se entiende que, en un estadio de amnistía, efectivamente el exilio dejará de ser exilio y podrá volver a casa.
¿Cree que esta competición entre ERC y Junts a la hora de negociar con el PSOE ha perjudicado la consecución de un acuerdo?
No me gusta la palabra competición. Yo he sido siempre defensora de la unidad. De hecho, en el 2019 proponía que fuéramos los partidos independentistas unidos, que si la unidad era más necesaria que alguna vez era en aquel momento. Competir no es nuestro objetivo, buscamos alcanzar objetivos que no son partidistas, que son nacionales. Me parece que este acuerdo es diáfano. Para empezar, no hay ni logotipos en la firma de este acuerdo, porque lo que planteamos es una reivindicación de carácter nacional en la que todos los catalanes se pueden sentir incorporados.
Se entiende que, en un estadio de amnistía, el exilio dejará de ser exilio y podrá volver a casa
¿Con quién del PSOE han negociado estos días?
Se ha negociado con intensidad, al más alto nivel, buscando obtener un acuerdo que nos ayude a resolver este conflicto político.
¿Pedro Sánchez entró en algún momento en las conversaciones?
Permítame que mantenga la discreción. Se ha presentado el acuerdo político. Una parte de este acuerdo todavía no está cerrado porque es la ley de amnistía y hace falta que se trabaje con toda la solvencia para que llegue a buen puerto. Si el final es el que esperamos, no habrá importado quién haya habido.
¿Se siente satisfecha con el acuerdo?
No podemos decir que nos sintamos satisfechos, porque somos muy conscientes de a quién tenemos al frente como interlocutor. Hemos hecho estos movimientos con todas las cautelas. No somos un aliado del PSOE. Hablamos de nuestras nacionalidades diferentes en este acuerdo y nos presentamos como actores enfrentados.
De mociones de censura ya ha habido en el Congreso. Podría volver a ocurrir
Si el PSOE incumple, ¿lo único que harán será dejar de votar sus propuestas?
Lo veremos, pero que dejaremos de votar sus propuestas si el PSOE incumple, claro está. Su apoyo es crítico sin los votos de Junts. De hecho, eso es fruto de esta aritmética parlamentaria, de su necesidad de unos determinados votos no por convicción, sino por necesidad.
¿Pero no se plantean hacer descarrilar al Gobierno en caso de que incumplan? ¿Una moción de censura, por ejemplo?
Nos planteamos dejar de dar apoyo. Esto [la moción de censura] ya ha ocurrido en el Congreso. Podría volver a ocurrir.