La magistrada del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria María de los Reyes Jimeno Gutiérrez ha acordado la libertad condicional para el histórico dirigente de ETA Antonio Troitiño, que no se hará efectiva hasta que esta resolución sea firme. La juez fija medidas de control como la custodia familiar, prohibición de participar en actos de la banda terrorista o comparecencias cada 15 días en dependencias policiales.

La decisión se adopta dos semanas después de que el juez de Vigilancia Penitenciaria José Luis Castro concediera la progresión de su grado penitenciario al tercer grado por "razones humanitarias y dignidad personal" debido a la enfermedad de gravedad que padece. Asimismo incoó expediente de libertad condicional.

Ahora, la juez Jimeno Gutiérrez ha aprobado la propuesta elevada por la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Estremera conforme al artículo 196.2 del Reglamento Penitenciario, que establece que se elevará expediente de libertad condicional cuando, "según informe médico, se trate de enfermos muy graves con padecimientos incurables". "Cuando los servicios médicos del Centro consideren que concurren las condiciones para la concesión de la libertad condicional por esta causa, lo pondrán en conocimiento de la Junta de Tratamiento, mediante la elaboración del oportuno informe médico", añade dicho artículo.

En este sentido, la magistrada acuerda la libertad condicional para Antonio Troitiño por el tiempo que le falta para cumplir condena y una vez satisfecha ésta comenzará a cumplir la medida de libertad vigilada que le fue impuesta por sentencia.

Este miércoles se ha conocido que el preso de ETA ha comunicado a su abogada su decisión de dejar el tratamiento que recibe con quimioterapia "por ser inviable" con su mantenimiento en prisión, "dado su delicado estado de salud", según ha informado la Asociación de familiares de reclusos de la banda, Etxerat.

¿Por qué fue condenado?

El histórico de ETA, miembro del 'comando Madrid', cumplió 24 años de prisión de los 2.700 años de cárcel a los que fue condenado por 22 asesinatos. En abril de 2011 abandonó la prisión de Huelva por un error administrativo en el cómputo de sus condenas, pero cuando se ordenó de nuevo su detención unos días después, ya había pasado a la clandestinidad.

Troitiño ingresó otra vez a prisión el 5 de mayo de 2017, cuando las autoridades británicas aceptaron, tras cuatro peticiones, entregarle para poder ser juzgado por su reincorporación a la estructura de la banda terrorista mientras se ocultaba de la justicia española.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha autorizado desde junio de 2018 el acercamiento de 153 de presos de ETA a cárceles próximas al País Vasco, que se corresponden a 139 etarras, entre ellos 54 con delitos de sangre.

El pasado mes de octubre, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias dio luz verde al traslado de Troitiño desde la prisión de Estremera, en la que se encontraba desde entonces, hasta el centro penitenciario de Soria. Además, se flexibilizó su clasificación de primer grado con la aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario.