Lituania se mantiene firme en su postura contraria a la oficialidad del catalán en la Unión Europea. Así lo ha afirmado el presidente del país, Gitanas Nauseda, en una entrevista este jueves en El Mundo, donde ha justificado que en algún sitio hay que parar para que la UE no sea ingobernable con un centenar de lenguas oficiales obligatorias en las instituciones comunitarias. Nauseda, comprensivo con la importancia de este hecho para España y Catalunya, ha defendido que aceptar incluir el catalán "podría desencadenar una ola de peticiones similares para incluir más y más lenguas a la lista oficial de idiomas". En este sentido, ha comparado el catalán —una lengua que habla 10 millones de personas— con el samogitiano, una lengua propia de Samogitia, que la hablan medio millón de personas. Además, hay que tener en cuenta que el lituano —lengua que sí que es oficial en la UE— no lo hablan ni 4 millones de personas.
Sin embargo, Nauseda no cierra la puerta totalmente a incluir el catalán entre las lenguas oficiales de la UE "algún día sería posible", ha afirmado, aunque ha apuntado que "es muy difícil imaginar, ponemos 100 lenguas, en el Consejo Europeo, con los jefes de Estado buscando un botón entre tantas opciones. Sería técnicamente muy exigente".
Aplazada la oficialidad del catalán
La oficialidad del catalán, el gallego y el euskera en la Unión Europea no se debatirá durante el próximo Consejo de Asuntos Generales, previsto para el 29 de enero, y se tratará solo técnicamente. Según indican voces del Consejo de la Unión Europea, la presidencia belga —que ha tomado el relevo de España— está esperando una propuesta alternativa sobre la oficialidad que sea "compatible con los tratados". En este sentido, pide que la propuesta española vaya acompañada de un análisis de impacto administrativo, jurídico y financiero y apunta que esta "todavía tardará tiempo en publicarse".
Desde que España asumió la presidencia del Consejo, el Gobierno incluyó la cuestión del catalán en cuatro debates durante el semestre europeo. A pesar de los avances que se hicieron —Albares presentó una propuesta adaptada y la Comisión Europea presentó un informe preliminar sobre costes—, ninguno de los debates entre los 27 concluyó con una votación final. A pesar de no cerrar la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera durante el segundo semestre de 2023, España remarcó en el último Consejo de Asuntos Generales —celebrado en Bruselas el pasado 12 de diciembre— la "voluntad" de Bélgica para seguir impulsando la medida. En una rueda de prensa, el secretario de Estado para la Unión Europea del Gobierno, Pascual Navarro, se mostró confiado que los trabajos avanzarían "rápidamente" para encontrar una solución "jurídicamente aceptable" y que llegara "lo antes posible".
Para que la oficialidad del catalán salga adelante, las delegaciones de la Unión Europea hablan de la elaboración de dos informes, los dos todavía en proceso de elaboración. Por una parte, el de los servicios jurídicos del Consejo, que tiene que evaluar si la modificación que se propone se ajusta al derecho de la UE. La otra hace referencia a la Comisión Europea, que tiene que estudiar el impacto de funcionamiento.