Ofensiva del Consell per la República para defenderse ante la polémica provocada por su protagonismo en las conversaciones sobre el nuevo Govern. Después de la nota de prensa en que el Consell se posiciona ante la decisión de ERC de romper las negociaciones con Junts, el exdiputado de JxSí y miembro del Consell Lluís Llach ha rechazado las acusaciones de los republicanos de que este órgano pretenda tutelar al Govern y a la presidencia de la Generalitat, ha advertido que sería un desastre democrático que no hubiera un acuerdo de las fuerzas independentistas y ha exigido que nadie utilice al Consell para hacer embarrancar las negociaciones.
"Me escandaliza que nos digan que queremos tutelar. Me parece espantoso, y como miembro de este Consell per la República, imaginar que la presidencia de la Generalitat tiene que ser tutelada no lo puedo admitir. No admitimos que se nos diga que queremos tutelar la política de la Generalitat. No es verdad. Tiene que quedar claro", ha asegurado Llach.
Que nadie use el Consejo de excusa
No obstante, y con la misma contundencia, el exdiputado ha exigido que nadie utilice el Consell "para embarrancar las discusiones que los partidos políticos autonomistas independentistas tienen que llevar a cabo con éxito".
En el marco de una rueda de prensa telemática, convocada esta misma mañana después de que el Consell per la República se reunió ayer de manera extraordinaria, Llach ha insistido en defender la voluntad de este órgano impulsado desde Waterloo y que, ha recordado, fue presentado en el Palau de la Generalitat en octubre del 2018 en un acto encabezado por los presidents Quim Torra y Carles Puigdemont y el vicepresident Pere Aragonès.
Sobre la composición del Consell y las negociaciones para su reformulación, ha insistido en que la voluntad de este órgano es dar un espacio a los miembros del Govern en el exilio y en la prisión, que todos ellos son miembros natos y que, por lo tanto, pueden formar parte muchas personas que ahora no están. A pesar de evitar revelar el contenido de las conversaciones que mantienen con los partidos, ha asegurado que el Consell está abierto a las reformulaciones que haga falta, con el único límite que impone el compromiso con los 97.000 miembros que han apostado por su programa.
Desastre democrático
Ha asegurado que el Consell no tiene nada que decir sobre las conversaciones que mantienen las fuerzas independentistas para el nuevo Govern, pero ha alertado de que un no acuerdo de las fuerzas independentistas teniendo en cuenta el 52% de votos conseguido el 14-F sería un "desastre democrático". "Que un mensaje tan claro, después de lo que se ha vivido en Catalunya, no se lleve a la práctica es democráticamente un desastre", ha advertido.
El exdiputado ha reiterado que el Consell no es una institución autonómica sino que se creó con talante republicano, y ha negado que desde este órgano se siga la estrategia de Junts, porque, si así fuera, él no formaría parte.