El cantautor, activista y exdiputado de Junts pel Sí Lluís Llach es el nuevo presidente del Assemblea Nacional Catalana (ANC). Después de 6 votaciones, Llach consiguió la presidencia de la entidad independentista al obtener los 2/3 de los votos del secretariado nacional este mismo sábado y sustituirá a Dolors Feliu al frente de la ANC. Llach ya ha fijado como una de sus prioridades recuperar la comunicación y la conexión con las bases, después de unos dos años polémicos marcados por el fracaso de la lista cívica y dimisiones en el seno del secretariado. "Ha sido una elección sufrida", ha dicho en una entrevista al Vía lliure de Rac1. "Las curas de humildad me gustan. Me hicieron pasar por el rodillo y entendí muchas cosas".

El nuevo presidente de la ANC tiene los objetivos claros, como recuperar la unidad entre fuerzas y entidades independentistas. Después de que el independentismo perdiera la mayoría absoluta en el Parlament de Catalunya en las pasadas elecciones del 12 de mayo, Llach apuesta por presionar para formar un gobierno independentista, consiguiendo la abstención del PSC. "Esquerra y Junts tienen cogidas las partes íntimas del PSOE. Lo que pasa es que el PSOE tiene un trilero muy bueno. Y si no vamos a toda prisa y somos muy definitivos, nos dejará fuera de juego", ha dicho el presidente de la ANC, en la línea de lo que quiere al líder de Junts, Carles Puigdemont, que es partido independentista con más apoyos.

Apuesta por una lista unitaria

Sin embargo, Llach apunta que no cree en la amnistía en el proceso que se aprobó este pasado jueves en el Congreso de los Diputados. "Estamos bajo un golpe de Estado jurídico y ahora sabremos la medida. Así no ha hecho falta un golpe militar; si no, creo que también lo hubieran hecho. Si no sale de la prisión hasta el último CDR, la amnistía habrá sido una engañifa", sentencia el nuevo presidente de la ANC, que ha insistido en la propuesta de una lista unitaria entre partidos y entidades independentistas, tal como sucedió el año 2015. "Me gustaría una lista unitaria, porque nos pondría en todos encima de una vía, pero tendría que entrar todo el mundo", ha subrayado.

Ante esta propuesta, Llach ha matizado que hay que excluir Aliança Catalana de esta ecuación porque lo considera un partido "de extrema derecha". Todos los indicios que tengo es que la cuarta fuerza independentista en el Parlament es fascista, y con eso no juego. En el fascismo –aunque sea con bandera estelada–, ni pan ni agua", ha sentenciado.

Con todo, Llach también se ha mostrado crítico con la antigua dirección de la ANC liderada por Dolors Feliu porque cree que la comunicación de "arriba abajo hace tiempo que está cortada". "Se ha hecho un cierto dirigismo", ha apuntado Llach, que ha insistido en revertir su relación con las bases porque "hay que proyectar sus peticiones".