Pronto hará un mes que el president en el exilio Carles Puigdemont volvió a Catalunya para la investidura de Salvador Illa y, al cabo de unas horas, se escapó de los Mossos d'Esquadra y volvió a Waterloo sin ser detenido. Hay muchas incógnitas en torno a ese 8 de agosto, sobre cuándo llegó en Barcelona, sobre adónde fue después de su aparición en el Arc de Triomf y, sobre todo, sobre cómo se las arregló para evitar ser detenido y marcharse de la capital catalana. Este lunes, el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, ha dado muchos detalles durante una entrevista en RAC 1. Turull, que lo acompañó en casi todo el proceso durante los días previos y en el día de la investidura, ha explicado, entre muchas otras cosas, que aquel jueves de agosto el president en el exilio no se marchó de Barcelona hasta las 8 de la noche.

Han salido muchas teorías y especulaciones en torno a la organización del retorno a Catalunya y posterior marcha del president en el exilio; se ha llegado a decir que un día antes de la investidura había estado cenando en la Barceloneta, que se había marchado por mar y que había pasado una noche en Sant Feliu de Guíxols. Nada de eso es cierto, ha relatado Turull, que ha ofrecido un relato detalladísimo, donde destaca que Puigdemont no se marchó de Barcelona hasta casi las ocho de la noche, cuando la operación Jaula desplegada por los Mossos ya hacía horas que había acabado. Repasemos todos los detalles facilitados por el secretario general de Junts per Catalunya.

El fin de semana previo

"Quizás hay cosas que no puedo explicar porque no vivimos en un Estado de derecho normal. No pondré en entredicho a la gente que ha querido ayudar al president con detalles de la vuelta", ha querido dejar claro antes de empezar Jordi Turull. Dicho esto, empieza el relato. Jordi Turull fue a Waterloo a encontrarse con el president en el exilio el viernes y sábado anteriores, es decir, los días 2 y 3 de agosto. Durante estos dos días, asegura que hablaron de todo y quedaron en que el martes día 6 de agosto se encontrarían en la Catalunya Nord. "Aquellos dos días hablamos mucho de la prisión porque él estaba convencido de su compromiso de ir al Parlament, y estaba convencido de que una vez entrara en el Parlament lo detendrían". Por lo tanto, el fin de semana posterior a la investidura el president en el exilio mantenía su posición firme de estar dentro del hemiciclo durante el debate de investidura, una idea que veremos que mantendrá durante los días siguientes y hasta casi el último momento.

Nos situamos ahora al martes día 6 de agosto, dos días antes de la investidura, Turull explica que, tal como habían quedado, se encuentra con Puigdemont en la Catalunya Nord y que, desde allí, cogen un coche hacia las 7 de la tarde y los dos ponen rumbo hacia Barcelona. "Lo hacemos como la mayoría de mortales", bromea Turull, que añade que los cristales del coche llevaban esta especie de parasoles que son como un adhesivo que oscurecen y protegen de la luz, lo que permitió que nadie se fijara en que Puigdemont iba en el coche. Una vez llegan a Barcelona, Turull indica que van directos hacia un edificio cerca de Arc de Triomf y entran desde la calle.

De un piso a otro

El secretario general de Junts, si bien da muchos detalles sobre cómo se desarrollaron aquellos días previos, insiste en decir que no dará ni un solo nombre de las personas involucradas. Sigue explicando que aquella noche del 6 de agosto, una vez instalados en aquel piso de los alrededores de Arc de Triomf, cenaron con el president y el propietario y durmieron los tres allí mismo. El día siguiente, el día 7 de agosto, fue un día tranquilo en el que, apunta, "el president estuvo dedicando muchas horas a la lectura".

¿Cuándo se decide no ir al Parlament?

Llega el día de la aparición en público del president en el exilio y Jordi Turull insiste en decir que la idea sigue siendo ir al Parlament, y lo seguirá siendo unas cuantas horas más. "Nosotros primero hablamos del acto de apoyo y recibimiento, lo primero era pensar si podríamos llegar o no allí. Yo ya le decía que no creía que lo detuvieran mientras hablaba, que lo difícil en todo caso sería llegar al atril. Nos preocupaba la seguridad y discutíamos sobre cómo llegar al Parlament una vez acabado el acto. Ya vimos que no era bueno hacerlo andando, mejor en coche, pero por seguridad". Acaba el discurso del president en el exilio y los máximos responsables del partido y de la organización del acto se encuentran en una carpa detrás del escenario y, tal como dice Turull, recibimos una información que decía que la hora de inicio del pleno podría variar. Por ello se decide ir a esperar en otro piso diferente al que habían pasado la noche.

Allí, adonde se desplazan en coche, se decide esperar hasta que, de repente, reciben la información que será imposible entrar en el Parlament sin ser detenido, es más, Turull añade que vieron en las noticias "un despliegue policial como si al Parlament acudiera un terrorista o el mismísimo Hannibal Lecter. Nos dicen que están tirando gas pimienta contra la buena gente concentrada. He estado en muchos debates de investidura y eso estaba lejos de ser normal. Aquí es cuando decidimos que no tiene sentido llegar allí".

No se movieron de Barcelona hasta casi las 8 h de la noche

"En aquel momento puedes hacer dos cosas: o te dejas detener o plantas cara. En este punto decidimos marcharnos", subraya Turull, que matiza que todavía tardan unas horas en hacerlo, hasta casi las 8 de la noche. Eran sobre las doce y media cuando se decide que el president en el exilio volverá a Waterloo y, una vez decidido, se mueven hacia otro piso para "alejarse de la zona". Eso era sobre las dos del mediodía, cuando toda la policía lo buscaba, "salimos por un parking y entramos en el otro piso por el parking. Nadie nos vio. Nos movíamos con otro coche", apunta Turull. que añade como curiosidad que siempre se comunicaban con teléfonos antiguos para evitar ser descubiertos. Así acaba el relato de la marcha del president en el exilio el día de la investidura de Salvador Illa.

Finalmente, Turull ha cargado contra el dispositivo policial y la cúpula de los Mossos d'Esquadra. "Es inaudito que la dirección de los Mossos tuvieran preparado todo este dispositivo para detener a Puigdemont", ha insistido. Asimismo, ha indicado que le "dolió mucho la actitud" de Joan Ignasi Elena, aún entonces conseller de Interior. También la comparación de quien era comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, comparando a Puigdemont con Jimmy Jump. "Denota una falta de respeto, de profesionalidad", ha apuntado. Y ha calificado la rueda de prensa de los responsables policiales del día siguiente de "sectarismo".

Turull quiere repetir como secretario general de Junts

Por otra parte, Turull ha explicado que quiere repetir como secretario general de Junts de cara al congreso que la formación celebrará en octubre. Lo ha explicado durante la misma entrevista, donde no se ha pronunciado sobre si Carles Puigdemont tendría que ocupar la presidencia de la formación, pero sí que ha manifestado que tiene que estar "lo máximo de implicado posible" con el partido con la "fórmula con la que él se sienta cómodo". El dirigente también ha avisado a Pedro Sánchez de que votarán en contra de "todo aquello que consolide el café para todos" en el Congreso de los Diputados, en referencia a la financiación singular. Ha dicho que esta carpeta se tendrá que poner en la mesa de negociación entre el PSOE y Junts en Suiza. "El gobierno de España no tiene ningún apoyo garantizado, pieza a pieza," ha insistido Turull.