El exconseller de Cultura durante el Gobierno de Carles Puigdemont y exiliado en Bruselas, Lluís Puig, entendería que la amnistía pudiera incluir a los policías españoles que golpearon a los manifestantes durante el referéndum del Primero de Octubre. "No es una concesión, sino la forma de funcionamiento del sistema judicial", dice el exconseller en una entrevista a la ACN. Puig dice que no es un experto, pero que la amnistía tendrá que delimitar una tipología de presuntos delitos" e incluir a todo el mundo que encaje. "No veo manera que se puedan diferenciar un porrazo de la policía con haber quemado un contenedor en la calle", afirma.
"Esperanzado" con la amnistía
De hecho, Puig se ha mostrado "esperanzado" con la posible amnistía que podrían pactar los partidos independentistas y el Gobierno formado por el PSOE y Sumar en el marco de las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Sin embargo, advierte que no tiene "miedo" de una posible repetición electoral. "Hay que establecer las bases, a partir de la amnistía y de la mediación neutral, para un diálogo de futuro, para ir mejor todo el mundo, no solo unos cuantos, sean catalanes o españoles", señala el conseller de Cultura del 1-O.
"De alguna manera se tendrá que afinar la tipología de los delitos. Si en la definición entran los policías o no, ellos sabrán, no me preocupa mucho", añade Puig, que puntualiza que si, por ejemplo, se amnistían los delitos en Internet durante el proceso, se tendrán que amnistiar tanto los 'hackers' que atacaban webs españolas como los que lo hacían contra webs independentistas.
Puig defiende la propuesta de Puigdemont
Lluís Puig defiende las tesis presentadas por el expresidente Carles Puigdemont en Bruselas y remarca que antes de una hipotética investidura de Pedro Sánchez hay que conseguir la oficialidad del catalán en la Unión Europea, la amnistía, y un compromiso para negociar la autodeterminación que incluya la figura de un mediador. "No son exigencias ni líneas rojas", defiende Puig, que considera que las peticiones de Junts son las "normales" para asentar las bases de la resolución del conflicto. "Un diálogo no puede ser con una persona encima de un pedestal y la otra sin micrófono y en el exilio, todos tienen que estar al mismo nivel", apunta.
Puig celebra que ya sea "gracias a la aritmética, los compromisos de Europa o la persistencia" de JxCat, el actual campo de juego es el del "diálogo". Con todo, lamenta la dificultad en "cambiar las inercias, dinámicas y discursos de catalanofobia" de parte de una clase política española "vieja" representada por Aznar, Guerra o González, y avisa de que los independentistas se tienen que mantener firmes. No nos puede dar miedo volver a repetir elecciones en enero. Si el resultado es que ya no somos tan determinantes, no pasa nada, el problema de la relación Catalunya-Espanya seguirá existente, no somos nosotros los que tenemos esta presión", avisa Puig.
El exconseller de Cultura destaca los pasos adelante para conseguir la oficialidad del catalán en la Unión Europea, pero avisa de que también hay que trabajar a Catalunya para evitar que la lengua vaya atrás.
El exilio
Lluís Puig es en el exilio desde el 2017, y hace unos días la fiscalía del Supremo pidió al juez Pablo Llarena que reactivara su euroorden. El exconseller afronta la posibilidad de volver a los tribunales con total "serenidad".
"Confío en que Bélgica diga que todo eso ya está juzgado", defiende Puig, que recuerda que los tribunales de Bruselas rechazaron su euroorden argumentando que se le vulneraban derechos fundamentales. "No ha variado nada, ni la acusación, ni la defensa", apunta el exconseller, que recuerda que él siempre ha sido acusado de malversación y desobediencia, con una petición de entre 6 y 12 años de prisión, que no ha cambiado por la reforma del código penal.