La batalla para asaltar la secretaría general del PSOE ha empezado con la presentación de la candidatura del exlehendakari vasco, Patxi López, el día después del comité federal de este sábado, que fijó el 39º congreso de la formación para los días 17 y 18 de junio. López da ahora el paso al frente para reconstruir un partido que vuelva a sus esencias y ofrezca un proyecto "de izquierda desacomplejada" que deje de ser "el analgésico" del Partido Popular, situación que dice sólo es culpa de su formación. Asimismo, aboga porque ésta ofrezca una solución para Catalunya, en unión con un PSC que participe de la elección del secretario general.
"Necesitamos un PSOE exigente, que se diferencie de la derecha", ha proclamado el exdirigente vasco durante el acto que ha ofrecido este domingo en Madrid para ratificar que sería candidato a unas primarias que se prevén en mayo. López llegaba acompañado de su mujer, Begoña Gil, el día en que ha anunciando una decisión que le podría enfrentar con la presidenta andaluza Susana Díaz, que tiene todas las papeletas para presentarse pronto a la batalla por la secretaría general. Pero el vasco no se encoge y asegura que "llegará hasta el final", por lo que descarta pactos entre candidaturas.
Fuentes cercanas a Pedro Sánchez dicen que no se sienten vinculados a la candidatura de López
En ese sentido, López no quiere ser considerado como la vía para "frenar las aspiraciones de nadie", ni como el heredero del sanchismo. Esta declaración hace referencia a las voces que lo habían acusado de presentarse para evitar la candidatura del exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y asumir un programa similar al suyo. El candidato in péctore ha explicado que había mantenido una "larga conversación" con él, así como con el resto de barones y exsecretarios generales y asegura que estará encantado de incluir no sólo a Sánchez en su lista, sino a "miles de militantes". Pero fuentes presentes en el acto del propio entorno del exsecretario se han desmarcado del nuevo candidato y dicen que no participarán en el proyecto.
Ahora bien, tampoco irá "contra nadie", en una alusión velada a Díaz. De hecho, fuentes próximas al candidato afirman que el expresidente Felipe González acepta la brecha que se ha abierto "con normalidad", aunque preferiría que la unión se instaurara pronto. Lo que no está claro es si López prevé presentarse también a las elecciones, como es habitual en el PSOE. "Eso lo decidirán los afiliados, porque ahora estoy centrado en eso otro", ha remachado.
El exlehendakari asegura que él no permitiría un presupuesto de Rajoy con 16.000 millones de recortes
La autocrítica ha estado presente en todo momento. López quiere volver a los orígenes de la socialdemocracia, y abandonar "terceras vías que han fracasado", en una referencia a las acciones de su partido en el pasado, como modificar el artículo 135 de la Constitución –con acuerdo del PP– para priorizar el pago de los intereses de la deuda, como pedía la Unión Europea. Esta acción no tuvo lugar cuando ya existía Podemos, sino mucho antes, motivo por el cual ha hecho un llamamiento a dejar de atribuir las culpas a los otros de la caída electoral, sino reconstruir un proyecto que apueste por la socialdemocracia "transformadora".
En esa línea, Patxi López ha lamentado la política de la gestora a lo largo de este tiempo, como la proximidad a los populares y la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. Ha recordado que ya en su momento dijo que no compartía la decisión, pero la obedeció por disciplina de partido. Así y todo, su proyecto va dirigido a enmendar determinadas acciones, y ha puesto el ejemplo de la derogación de la reforma laboral como un hito. En este sentido, a Rajoy le amenaza tormenta si se impone López, porque éste no aceptaría en ningún caso unos presupuestos que impliquen recortar 16.000 millones de euros.
López quiere que el PSC vote también al secretario general del PSOE para ofrecer una solución conjunta a Catalunya
En el plano territorial asume de forma indirecta que los socialistas han dejado de seducir a la España plurinacional: Galicia, Euskadi y Catalunya. Ha recordado que él proviene del País Vasco, de donde fue lehendakari, motivo por el cual aboga por ofrecer una solución a los catalanes "desde la centralidad" y "sin confrontación" como denuncia que ha hecho el actual Ejecutivo. Al respecto se desmarca, cuando afirma alto y claro que él no quiere que el PSC deje de votar al secretario general del PSOE, punto que estaba en discusión a lo largo de las conversaciones que la gestora mantiene con el primer secretario Miquel Iceta para reconfigurar su relación orgánica.
López da así un grito de guerra, porque la próxima semana empezará su gira en Portugalete, que es su ciudad, según fuentes próximos al candidato. Pero este grito también es de paz: no quiere sanchismos, patxismos, ni susanismos. "En el PSOE no sobra ni falta nadie, no quiero etiquetas, todos somos socialistas y tampoco aceptaré la retórica de los vencedores y los vencidos", ha proclamado ante una rosa dibujada en la pared, con un estilo diferente, el suyo: el del eterno exlhendakari, expresidente del Congreso y quizás algún día, exsecretario general.